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Un buen termostato

04 de Enero de 2008 | 10:08 |
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Que la sexualidad en parejas, hoy, presenta problemas no es ninguna novedad.

El tema está en que los jóvenes están, con su libertaria práctica, afectando, gravemente, uno de los componentes más importantes de la sexualidad, cual es el erotismo.

Así lo cree la psicóloga Pilar Sordo quien apunta al hecho de que la sexualidad no tiene nada que ver con la genitalidad, cuestión a la que han reducido los jóvenes son encuentros sexuales.

Presionados por no ser descubiertos, por no querer embarazarse, pero sobre todo, por no tener un vínculo afectivo que dé sentido a la relación sexual, los jóvenes han convertido este acto de entrega, de cariño, en un mero juego y exploración de genitales.

“Han transformado la sexualidad o el acto sexual en una práctica de aeróbica, en una descarga”, asegura Pilar.

Ahora, la psicóloga se explica –en cierta forma- por qué los jóvenes están teniendo este tipo de aproximaciones: “a ellos no los toca nadie, los padres no los abrazan y como los toca nadie, cuando alguien lo hace, lo agradecen (en doble sentido)”.

Según señala, muchos jóvenes se inician sexualmente ya no por miedo a que sus parejas los dejen, sino que por miedo a que se enojen si no les dan la pasada, lo que revela el gran grado de carestía que tienen.

Lucha de poderes

La especialista apunta a lo anterior porque cree que esto, finalmente, se relaciona con el tipo de relación sexual que se da al interior de la pareja.

“Hay un alto porcentaje de mujeres que sienten la obligatoriedad del acto sexual, es decir, se marca la pauta de que con cierta periodicidad debe tener un encuentro con su marido”, dice.

Y a su juicio a la mujer le cuesta decir no quiero, pero también decir quiero y eso es fundamental en una buena relación de pareja.

“La sexualidad dentro de una pareja tiene que ser vista como una nutrición de energía, no un gasto de ella”, apunta.

Dentro de los problemas que presenta la sexualidad, Pilar Sordo indica que la sobreerotización del medio ha dañado mucho este aspecto de la relación de una pareja, por cuanto ha afectado el misterio. “Se consume un sexo público, lo que quita las ganas de tener sexo en la casa”.

Otro tema que ha aparecido es el hecho de que las mujeres han conquistado espacios que eran antes de los hombres, entre ellos, el de la conquista. Antes los hombres emprendían la seducción, en cambio, hoy ya no tienen esa habilidad debido a que las mujeres les hacen competencia en ese campo. “La oferta de mujeres en Chile está muy barata, estamos en liquidación”, sostiene para graficar cómo la mujer también ha tomado la iniciativa en el campo sexual.

Por todo lo anterior, la psicóloga llama a no olvidar las condiciones con las cuales las mujeres y los hombres se enfrentan a la sexualidad: si a ellas les importa el proceso, a ellos el objetivo y por lo tanto, seguirá siendo importante para la mujer el antes y el después más que el durante.

Un dato que se olvida generalmente es que la mujer necesita a lo menos de 40 minutos de preparación para poder lograr un orgasmo y eso tiene que ser trabajado con paciencia y preocupación por parte del hombre.

En pareja

El deseo sexual, según señala la especialista, no disminuye a lo largo de la vida. “Lo que disminuyen son los espacios para generar ese deseo sexual”, aclara.

En esto es fundamental tener presente que a la mujer le cuesta separar los roles que ejerce y de ahí que tenga “buen sexo” sólo cuando está de vacaciones, sin estrés y sin los niños.

De ahí que es necesario que el erotismo vuelva a despertar y para ello se necesita voluntad.

“La sexualidad, así como vivir en pareja, también requiere de aprendizaje cotidiano”. La sexualidad debe ser incorporada en la cotidianeidad, aunque no todos los días alcance el aspecto genital.

Y en esto es prioritario tener presente que la sexualidad no sólo se debe vivir físicamente, sino que también debe ser hablada, conversada, pero –obviamente- no en la cama.

“En la dinámica de pareja se comete el error de pensar que teniendo sexo se pueden solucionar los problemas, pero no hay que olvidar que la mujer necesita una buena relación para poder tener buen sexo y en cambio, el hombre está bien, después de tener sexo”, recuerda.

La profesional sostiene que se debe aprender a tener una vida sexual ya sea enojado, rápido, lento, de todas las formas, porque debe estar inserto en la realidad de la pareja. “La sexualidad es un excelente termostato de la vida en pareja, es un buen indicador de cuán bien o mal se está”.

Pilar Sordo advierte, al finalizar, que la sexualidad es experimentar la espiritualidad del otro y por ello, da lo mismo el cuerpo que tenga éste.

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