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“Tengo mente alemana y corazón chileno”

26 de Diciembre de 2007 | 11:14 |
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Varias señas la delatan como alemana. Además de su fisonomía aria y un acento especial, llega a la entrevista en bicicleta, vestida perfectamente de manera formal.

Se ríe al recordar la cantidad de anécdotas que acumula como una trotamundos y por eso, se declara una convencida de que el mejor aprendizaje para una persona está en los viajes. “Eso te abre el mundo, la mente, el cerebro, los ojos, los oídos, todos los sentidos. Es ahí que mejoras tu vida y la calidad de vida de tus vecinos”, afirma.

Precisamente fuera de Chile fue que conoció hace diez años al violonchelista alemán y gestor cultural Uli Bader, quien hoy es el gerente general del Teatro del Lago. Se casaron hace un año y medio y hoy disfrutan juntos al pequeño Valentín, de 6 meses. “Uli vino hace como 3 años de vacaciones, nos enamoramos y se quedó”, dice muerta de la risa.

A sus 41 años, vive parte de su tiempo en Frutillar y parte en Santiago porque deben aplicarse en la coordinación de todas las actividades del teatro así como en la búsqueda de recursos para terminar su construcción. “Todo se mueve en Santiago, hasta las platas regionales de las empresas hay que gestionarlas acá”, confiesa.

-¿Qué te impulsó a permanecer tantos años fuera?
“No sé, partí por uno y se convirtieron en 15. Se fue dando, es como cuando uno sube una escalera, va peldaño por peldaño, es lo mismo cuando me preguntan qué tiene que ver la hotelería con la música y como uno todo eso, como lo uno con cinco idiomas.
“Si lo miras desde afuera, es lo más obvio, lo más sano, lo mejor que pude haber vivido”.

-¿Echaste mucho de menos Chile?
“Ni tanto… (se larga a reír). Siempre digo: tengo mente alemana y corazón chileno. Estoy muy feliz acá, pero me encanta poder conocer otros lugares; siempre que he podido juntar unos pesos los he dedicado a estudios y de hecho, sigo estudiando, estoy haciendo un post grado de interpretación de música latinoamericana en Mendoza”.

Sigue con su relato: “Creo que es sumamente sano aprender cosas afuera y volver al país con eso, y entregarlo”.

-¿En qué se traduce eso de mente alemana y corazón chileno?
“Bueno, mis dos padres son nacidos y tengo tíos y primos en Alemania; además tengo dos hermanos que viven en Europa.
“La mentalidad alemana puede estar en lo que he realizado, lo perseverante…”

-Lo puntual.
“Más o menos (entre risas). Sí por lo organizada, cuando digo que me comprometo a hacer algo, lo hago. Lo chileno tiene algo sumamente humano, familiar, es algo sumamente sano en el sentido de que no es tan cuadrado como los alemanes respecto a la forma como se hace la vida social, la conexión con la familia, las relaciones entre las personas, el conocer cual es el vecino”.

-¿Pensaste en algún momento quedarte afuera, debido a todas las posibilidades que se te abrían?
“Cuando regresé no tenía nada claro; creo que tuve la gran suerte de poder haber realizado mi profesión y por eso, estoy tan tranquila realizando mi trabajo acá”.

-¿Crees que para tu hijo será mejor crecer en Chile?
“Sí, por el tema que te decía, por el clima, pero me preocupa enormemente el tema de la educación. Ésta tiene que mejorar, deben mejorar los profesores, esto no puede ser tanto negocio”.

-¿Él en algún momento saldrá?
“No lo sé, yo me eduqué acá”.

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