El 25% del peso del cuerpo es grasa, y el tejido adiposo tiende a acumularse más en el abdomen que en cualquier otra parte del cuerpo, porque ahí existen cinco veces más células grasas.
Por eso, reducirlo no es fácil. La nutricionista de la Clínica Santa María, Vanessa Vega, explica que en una dieta balanceada el aporte calórico proviene de: 50 a 55% de carbohidratos, menos de un 30% de grasa y un 15 a 20% de proteínas. "Una dieta balanceada es saludable, ya que en las verduras y frutas están presentes los carbohidratos, vitaminas, minerales, fitoquímicos y antioxidantes".
Explica que no es posible relacionar alguna dieta en particular con bajar más o menos en esa zona, pero que, de acuerdo a su experiencia, cada vez que uno de sus pacientes ha seguido una dieta de bajo índice glicérico -controlando la cantidad y tipo de carbohidratos, junto con actividad física aeróbica-, han logrado una pérdida de peso de un kilo por semana, lo que implica también perder 1 cm de cintura y un 1% de grasa corporal.
"La medición de grasa abdominal estimada a través del perímetro de cintura establece también cuál es el nivel de riesgo cardiovascular de cada persona, por lo tanto bajar ese tipo de grasa es muy beneficioso".
Un abdomen con menos grasa también influye en los indicadores como el colesterol, la glicemia, la insulinemia, y por tanto en el riesgo cardiovascular, la expectativa de vida y el envejecimiento precoz. Afecta toda nuestra calidad de vida.
La rutina de los abdominales
Según el profesor de educación física del gimnasio MEDS, Carlos Valdés, es importante saber que antes de realizar una rutina de abdominales, se recomienda ser evaluado por un profesional.
La idea es conocer el nivel de condición física, junto con los antecedentes de lesiones o patologías asociadas a este tipo de trabajo, como hernias y lesiones de columna, entre otras.
"No se debe olvidar que esto también requiere de un control de los hábitos alimentarios que nos permita bajar de forma considerable esa mochila que se lleva adelante en los costados de nuestro abdomen", explica Valdés.
"Cuando realizamos un ejercicio para trabajar esta zona determinada, sólo actuamos sobre el músculo y no sobre la grasa acumulada aquí. Para ello se debe realizar además un trabajo aeróbico (de mediano a largo tiempo y de baja intensidad) como caminata, trote, bicicleta o natación".
