“El nuevo Benjamín Vicuña”. Así lo catalogó un vespertino; que auguró que se convertiría en el próximo galán alternativo del país. Revistas y otros medios se detienen a analizar su particular estilo cosmopolita cuando recién empieza a figurar en la TV criolla. Pero, ¿quién es y de dónde salió Francisco Pizarro?
Tiene 29 años y nombre de conquistador español, pero dice, sin sonreír mucho y con su mirada profunda, que la diferencia es que él fue un “asesino y yo no vengo a matar, sino que vengo a conquistar el amor”.
Se autodenomina (por intervención divina) “Cosmo”, hizo carrera en Francia como actor, donde vivió los últimos seis y años y donde se codea con la familia Jodorowsky.
Allá fue a hacer un curso por seis meses pero alargó su estadía indefinidamente. Consiguió novia parisina y trabajo en cine, TV y teatro.
Estaba en eso cuando acá lo tentaron para participar en la segunda teleserie de Chilevisión, “Mala conducta”. Al director, Ricardo Vicuña, le habían llegado referencias de sus dotes actorales tanto de su compañero de escuela (“La Mancha”) Tiago Correa, como de María José Prieto, quien lo había visto desenvolverse en teatros europeos. “Fue tanto lo que le hablaron de mí, que me mandó un correo para saber quién cresta era yo! Le mandaron fotos, pasé los casting y quedé”.
-¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar en esta teleserie?
“Mi llegada a la teleserie fue de una acogida muy calurosa y amistosa. Hay un ambiente de trabajo donde todos quieren que este proyecto salga adelante y con lo caótico que es hacer tantas escenas por día podría ser un infierno pero en general hay mucho respeto, buena disposición y egos educados”.
-¿Será porque es un equipo más bien nuevo y pequeño?
“Puede ser. Otros compañeros que estuvieron en canales más grandes me dicen que no hay comparación, que acá es todo más agradable. Y para mí es mucho mejor poder debutar acá de esta manera”.
-¿Te involucras en lo de la guerra de las teleseries, el rating y todo eso?
“Estoy impresionado con lo popular que puede ser una teleserie, que la vea tanta gente pero ese no es nuestro asunto, el actor no tiene la culpa en nada en esas guerras. Aprendí a entender códigos de rating, que me dan lo mismo, pero igual es rico saber que la gente con la que trabajo está contenta porque les ha ido bien y me pongo contento de saber que está funcionando”.
-¿Te costó meterte en un personaje como "Rayo"?
"Sí, me costó al principio porque estaba bastante descontextualizado de la mutación lingüística de hoy, entonces todo lo que es ponceo, koalas, pelolais, reggaetón, pokemones, emos y digimones, tuvo que entrar como inyección inmediata en el lenguaje de mi personaje. Pero lo paso muy bien y existe gran libertad para hacer proposiciones".
Antes de su desembarco en "Mala conducta", participó en París en una obra llamada “Les Nègres”, del dramaturgo Jean Genet. “La presentamos en un festival en el "Théâtre de L'épée de bois" en 2006. Ahí fue a vernos el director de un gran teatro parisino que se llama "L'athenée theatre Louis Jouvet" en el barrio de Opera. La obra le encantó y la programó para el año siguiente. Fue un sueño trabajar en ese teatro a la italiana, con balcones dorados y sillones de terciopelo rojo…”
-¿¡Por qué te viniste, entonces!?
“Uuff, esa pregunta… ¡es como una involución! Estaba en un muy buen momento pero ese proyecto se acabó, venía el invierno y estaba terminando un ciclo personal muy fuerte allá y me empezaron a llamar de Chile, tanto de CHV como de TVN -pero al final eso no resultó-, entonces por algo era. Justo estaba cerrando un ciclo muy claro y nunca había trabajado acá, entonces me dije:
si me hice un lugar en Francia como actor, ¡cómo no lo voy a hacer en Chile! Entonces me vine a probar”.
-¡Qué arriesgado!
“Sí, arriesgué todo, dejé mi casa, toda mi vida allá y agarré un avión sólo para hacer un casting, o sea si no lo pasaba… pero el director tuvo intuición y creyó en mí”.
-¿Arrepentido?
“Al principio tuve mucho miedo y prejuicios pero los vencí rápidamente. O sea, de pasar de estar en un teatro en Francia, en el que para cualquier actor francés era un sueño y venirme a hacer un personaje de teleserie, un tonto, porque además un personaje de teleserie es completamente unidimensional, a los 20 capítulos ya gritaba viva el copete y las minas, como el Rayo. Para un actor es angustiante esa maqueta, por eso hay que hacer otras cosas, para profundizar el trabajo”.
-¿Proyectos?
“Tengo un cortometraje que filmé y dirigí con Tiago (Correa), tengo otro escrito que grabaré ahora, una obra de teatro que me quieren meter y tengo ganas de hacer fiestas. Me quiero quedar un año. Me traje a mi novia de allá y todo, ella es DJ y ya tiene fechas para tocar acá, así que todo bien”.
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