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“He ido mejorando, pero siempre considero que es poco”

23 de Diciembre de 2008 | 17:39 |
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A parte de estar a cargo de las divisiones menores del equipo español, José Luis pasó a formar parte de la directiva de la Unión, tal como lo hizo en su minuto Domingo Sierra, su padre.

“Él no jugaba bien fútbol, pero le gustaba mirarlo. Llegó de España a los 15 años a trabajar y, obviamente, era de la Unión. Me llevaba mucho al estadio y me hice hincha yo también. Y desde siempre, mi sueño fue ser jugador de la Unión. Nunca pensé en ser de la Selección, ni que pasaría a Colo-Colo y que después me iría al extranjero (al Valladolid en España y al tigres de México). No, mi sueño era ser de la Unión”.

Los orígenes ibéricos del Coto se han traducido en su gusto por la comida española, que van desde los calamares a la romana, el chorizo y las chuletillas, hasta el pulpo gallego, que declara con orgullo saber preparar y que le queda de maravilla.

Al igual que sus gustos culinarios, el amor por la camiseta de su querido club ha sido un legado de se padre, a quien describe como una persona “admirable, por todas las cosas que hacía: él, primero, fue dirigente de fútbol joven, en cadetes, como se decía en ese tiempo, donde había que cooperar más que administrar recursos. Yo tuve la suerte de tener una persona que siempre me acompañara y que le gustara lo que yo estaba haciendo. Nunca me criticó, al contrario, siempre me dio palabras de apoyo”.

-Le prometiste llevar a la Unión a ser campeón...
“Sí, las dos Copa Chile que ganamos, el ’92 y ’93, él las vivió junto conmigo (murió en 1997). Pero el título del 2005 (Torneo Nacional) tiene un significado especial para mí. Yo ya había ganado 3 títulos con Colo-Colo, pero ganar el 2005 con la Unión se transformó en parte de toda mi historia de niño. El ser campeón con la Unión era mi sueño máximo desde siempre y el poder conseguirlo... Me imagino que él lo debe haber disfrutado tanto como yo”.

-Tu hijo, José Luis (11), ¿también juega fútbol?
“A él le encanta. He tratado de apoyarlo, pero sin ser alguien insistente. Si él quiere ser jugador de fútbol, tiene las condiciones y se da, bien. Porque acá, aparte de tener las condiciones tiene que tener suerte para ser jugador de fútbol”.

-¿Por qué suerte?
“Porque hay muchos jugadores que tienen condiciones, pero a veces tienen lesiones, por ejemplo, que le impiden desarrollar una carrera normalmente. Si él lo quiere, si lo toma en forma responsable y lo apasiona ojalá que pueda ser jugador de fútbol”.

-Y tus hijas, Fernanda (13) y Catalina (7), ¿han participado de este boom del fútbol femenino?
“No. La más grande ha jugado en el colegio, pero nada en serio. Le gusta por las amigas y porque está de moda, pero nada más”.

-Un boom importante fue el de la selección en Francia ‘98, con un equipo que se recuerda hasta hoy y que llegó hasta segunda ronda en el Mundial. A meses de tu retiro, ¿qué recuerdos guardas de esa etapa?
“Fue una experiencia maravillosa y se vivieron muchas circunstancias. El último Mundial al que Chile había ido fue el del ’82 (España). Después, el ’86 (México) no fuimos. El ‘90 se termina con el escándalo en el Maracaná y para el ‘94 estábamos castigados. No volvimos hasta Francia ‘98. Entonces, había muchas expectativas, una necesidad de que la selección lo lograra. Yo siempre recuerdo el primer partido de local, frente a Ecuador, fue una cosa increíble. Ese momento fue mágico, especial... La gente, el camino de Pinto Durán hacia el Estadio... Fue una locura ver toda la efervescencia de la gente. Nosotros no lo esperábamos, pero sentíamos que era “la” oportunidad ir a un Mundial”.

-¡Qué presión!
“Más que presión, era la ilusión, el sueño de ir a un Mundial. Creíamos que teníamos la capacidad, más allá de que teníamos a Marcelo (Salas) e Iván (Zamorano). Era un equipo que se formó en un proceso largo, desde el año ’91, cuando Arturo Salah nos juntó para hacer una selección joven. Entonces, fueron casi 7 años en que muchos nos hicimos amigos y conocimos cuánto podía rendir el otro y cómo exigirle”.

-¿Te molestaba que muchas veces se hablara de ti por tener más facha, que por cómo jugabas?
“(Sonríe) Si bien era un elogio, para mí no dejaba de ser una anécdota y lo más importante para mí seguía siendo cómo jugaba. Afortunadamente, como justo en el Mundial hice el gol de tiro libre contra Camerún, se habló más de eso que de lo otro”.

-A veces has dicho que crees tener más defectos que virtudes. ¿Por qué tanto?
“Porque yo, cuando uno se autoanaliza... Yo siento que si bien... (Se complica) Obviamente que tengo virtudes. No me considero mala persona, pero digo eso porque a mí me gustaría ser mejor en muchas cosas: tener más paciencia, expresarme más, decir más las cosas que siento a la gente que quiero. Esas cosas son las que yo digo que me parecen defectos y que me gustaría cambiar, porque son importantes para mí. Creo que he ido mejorando, pero siempre considero que es poco”.

-¿Cuál es tu vicio privado?
“Ver los canales de fútbol, demasiado. Todo el día está la tele prendida con ESPN, Fox Sports...”.

-¿Partidos de algún equipo específico?
“No, del que sea. De repente, los dejo de mirar, hago otra cosa y vuelvo, pero siempre estoy pendiente de los resultados. Es lo que más me gusta. Si no sé uno, lo busco en internet”.