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“Creo que el corazón está enfermo”

27 de Enero de 2009 | 09:44 |
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Un amor adolescente, el matrimonio, la separación, un segundo matrimonio y la llegada de los hijos. Cada etapa de la vida de Alberto ha quedado reflejada y basta poner atención a sus letras para darse cuenta.

En su último trabajo, “Remedio pa’l corazón” el ritmo del vallenato y algunos toques de reggaeton anuncian que el músico anda por estos días feliz. Aunque el bueno humor y la onda positiva es algo que viene enseñando desde hace muchos años, cuando tenía su grupo musical cómico, al estilo Le Luthiers, en el Verbo Divino, o cuando animaba la semana mechona de la Universidad de Chile y se guardaba una lista de chistes en el bolsillo para poder recurrir a ellos en cualquier momento de la fiesta.

-¿Sigues así, contando chistes?
“No, ahora tengo la talla del momento... eso también me gusta de la gente. Una mujer me cautiva con el buen humor, me vulnera, puede entrar a mí por la vía de la risa, del ingenio. ¡Eso a quién no le gusta!”

-¿Coincide el espíritu del disco con tu etapa actual, una más feliz?
“Remedio pa’l corazón’ tiene influencias súper optimistas y alegres, aún en la adversidad. El mensaje es: tira pa’rriba, pa’lante; para la vida, la mejor terapia es la risa, la alegría. No quiere decir que yo no tenga problemas. Todos los tenemos, pero a veces lo hago como una terapia para mí mismo”.

-¿Crees que tenemos el corazón enfermo?
“Sí, súper enfermo. Estamos alejándonos demasiado de nuestra esencia, buscando respuestas donde no las hay.
“La sociedad nunca ha tenido más diversiones, más parques de entretenciones, más videojuegos, más alternativas y vías de escape que ahora. Sin embargo, no es feliz y los niños siguen diciendo que están aburridos”.

-¿Y dónde están las respuestas?
“Dentro de nosotros. Están en una vía mucho menos brillante y sin tanta parafernalia, en una vida más serena”.

-¿Tenemos miedo de buscar dentro de nosotros?
“Absolutamente. La gente entra a su casa en la noche, prende la luz, la televisión o la radio, porque no puede estar en silencio, pensando, reflexionando. Hoy el hombre no es feliz. Así que sí, creo que el corazón está enfermo”.

-En tu disco, en la canción “Remedio pa’l corazón”, dices que la risa y los sueños son el remedio. ¿Es el que aplicas a tu vida?
“Sí, el buen humor, tomarse la vida menos en serio. De repente nos ponemos tan graves… Sobre todo los chilenos que somos muy intensos…”

Otra manera que tiene Alberto de sanar los corazones es a través de su fundación Voy a Cambiar el Mundo, dedicada a defender los derechos infantiles, sobre todo en temas como la violencia de la que pueden ser víctimas los niños, y que nació por iniciativa de los fans del artista, quienes no dudaron en nombrarlo presidente de la causa.

Embajador de Buena Voluntad de la Cultura Latinoamericana, las llaves de Medellín y de Barranquilla, son distinciones que se suman a la medalla “Orden Mérito a la Democracia en el Grado de Gran Comendador” que le entregó el Senado colombiano por la labor realizada a través de su organización.

“He participado en varias campañas allá. Incluso ‘Pa’lante’ -que dediqué a Colombia- fue la canción emblema de la primera vez que 752 paramilitares entregaron sus armas y se reintegraron a la vida civil”.

-¿Nunca le has temido a la guerrilla al estar así de expuesto?
“No, y eso que he estado en la dura… He viajado por carreteras en los tiempos de Pablo Escobar, cuando íbamos de una ciudad a otra por la carretera, en un taxi de la calle con gallinas para poder pasar inadvertido. Eran tiempos duros, pero nunca llegué a tener miedo. Además que yo veía un país tan lindo, lleno de gente buena que al final me comprometí con la causa de los buenos”.

-Hasta han dicho que una canción tuya es cortina de un programa radial de las FARC...
“Yo escuché lo mismo, que un periodista le había ido a hacer una entrevista a ‘Tirofijo’ (fallecido líder de la guerrilla) en San Vicente del Caguán, que es como la sede de ellos, y mientras esperaba, escuchó ‘Que cante la vida’, como cortina de un programa”.

-Te quieren los buenos y los malos…
“Sí, yo hago canciones para todos. Si los malos las toman será que ellos también tienen su lado bueno”.

-Has dicho que, a diferencia de armar escándalos, eres una lata, porque comes yogurt y trotas todos los días. ¿De verdad eres así, bueno como el pan?
“Sí. He pasado por mis momentos, pero no tengo escándalos. Tengo una vida tranquila, he llevado mi carrera muy equilibradamente, he mantenido la distancia necesaria con el mundo de la farándula, porque creo que trivializa todo. Yo hago música y poesía, no pertenezco a eso. Y claro, un gallo tranquilo y equilibrado, que no tiene grandes conflictos, es una lata. ¡Qué vas a publicar si está todo bien!”

-Has asumido ser perfeccionista y meticuloso. ¿Lo ves como un don o un defecto?
“Todo depende a lo que se aplique. Hay que ser perfeccionista en aquello que merece serlo. Pero a mí el perfeccionismo ha sido una virtud que me ha ayudado en la vida, me ha hecho salir adelante, realizarme, me ha permitido desarrollar una carrera exitosa con la que he podido viajar por hartos lugares… Y sí, soy meticuloso en muchas cosas. En la ortografía, por ejemplo, soy puntudo al máximo. El otro día escribí un e-mail y puse: Ya anota, el celular es ‘tanto’. Y celular lo puse con ‘s’. Y me mandan de vuelta: ‘oye, celular es con ‘c’. ¡Oh, fue un golpe fuerte! Además que yo tengo ortografía absoluta…”

-¿Cómo es eso?
“Como los músicos que tienen oído absoluto, que siempre saben qué nota es la que escuchan, yo siempre, desde chico sabía cómo se escribían las palabras. Mis hermanos mayores y sus compañeros me mandaban a corregir los trabajos para presentarlos en el colegio, porque yo tenía ortografía perfecta. En eso sí soy meticuloso. También soy bastante ordenado, sin llegar a la obsesión eso sí, porque en mi casa, con los dos niños chicos, es imposible”.

-¿Cuál es tu vicio privado?
“Internet para mí es un vicio. Paso horas de horas metiéndome en todo; soy un devorador de información, leo todos los diarios chilenos y hago un promedio. Eso da más objetividad”.

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