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Radiografía al clóset de la mujer

15 de Octubre de 2009 | 14:09 |
Ya, muchos dirán que no hay nada que decir al respecto. Que basta con abrirlo y verlo a punto de explotar de tanta ropa y escuchar de paso la típica no tengo nada que ponerme.

La frase es cierta, cuando se mira desde la perspectiva de que las mujeres siempre esperamos tener la tenida ideal para la ocasión adecuada, y en ese contexto, obviamente, no tenemos nada que ponernos.

Adimark y Unilever, abriendo el clóset de la mujer, o más bien su mente, para saber con exactitud cosas que ya sospechábamos como que el 72,8% de las mujeres disfruta comprando. ¡Ah que no!

Verónica Edwards desglosó algunos datos interesantes: entre las mujeres de 25 a 45 años, las que disfrutan alcanzan nada menos que el 83,2%. Y de todas ellas, más del 50% lo hace una vez al mes. Asimismo, un 39,8% declara comprar mna o dos veces en el mes.

Otro dato singular es que el 40% lo hace en época de crisis y la razón puede estar en que sólo un 17% de las mujeres reconoce ser l primera en ponerse a una prenda de moda. Es decir, no espera a ver si otras la usan.

Y pareciera que tenemos tanta ropa, que un 66,2% dice que puede vestirse muchos días sin repetir la tenida. Y un 72,1 % dice que le gustaría tener prendas que nadie más tiene.

También resultó novedoso descubrir que sólo un 20,5% de nosotras compra sin importar el día del año, o sea, siempre. Puede que esto también se explique en lo que sostuvo la psicóloga Paula Serrano, y es que las mujeres usamos la ropa como terapia por cuanto esperamos de los otros un gracias que nunca llega y nosotros lo suplimos con una prenda.

La encuestas telefónica hecha en las grandes ciudades en mujeres de 25 a 50 años, reveló que las mayores compradoras –en frecuencia y en monto- son las mujeres que viven en el norte y eso se fundamenta en el hecho de que esas zonas tienen mayor poder adquisitivo y hay menos entretenciones, así como depresiones.

Lo singular en todo caso, es que el promedio de gasto de las chilenas es cercano a los 50 mil pesos mensuales. En Antofagasta se gastan $ 59.400, segudio por Santiago con $ 52.340; y luego viene La Serena con 49.100 pesos, Valparaíso con 32.590 y Puerto Montt con sólo 34.070 pesos.

Verónica Edwards aseguró que las jóvenes gastan menos y compran más –van a Patronato-, y que el 75% de las mujeres les gustaría que su ropa durara para siempre.

Sobre variedad de texturas y colores, nos hemos globalizado y aceptamos todo. Aunque hay colores que van primeros en el ranking como el negro (66,9%) seguido del blanco (43,7%), café (36,7%) y rojo (29,1%). Los menos usados es el amarillo porque las mujeres lo encuentran difícil de combinar.

La psicóloga Serrano confirmó lo que el estudió arrojó en cuanto que la ropa para la mujer implica seguridad y personalidad. El 77,9% cree que según como se visten las tratan y un 73,8% confiesa pasión por la ropa.

La especialista aseguró que la identidad de la persona se basa en la imagen que uno tiene de si mismo, y la imagen que uno cree que los otros tienen de uno, de ahí la importancia de vestir con seguridad.

Agregó que la identidad cambia con la vida y por eso, las jóvenes compran más, mientras que las mayores encuentran su estilo. Asimismo, recordó que la percepción de la mujer de sí misma, de su cuerpo es complicada y la ropa genera la gran ilusión de que se es superpoderosa, fantástica. “Es como un disfraz”, afirmó.

Al hablar de lo terapéutica que resulta la ropa, dijo que esto no debe ser confundido con la compra compulsiva que sí da cuenta de una adicción neurótica que busca llenar vacíos.

Paula Serrano manifestó que la compra terapéutica tiene que ver con el hecho de que vivimos volcadas hacia los demás y no recibimos reforzamiento por ello, el cual buscamos en la ropa. La vemos como un premio, dijo.

También apuntó al hecho de que generamos vínculos afectivos con la ropa porque conectamos una tenida con el estado de animo del momento cuestión que Claudia Aldana (Consuelo Aldunate) graficó de la mejor forma: basta abrir el clóset y darse cuenta que hay ropa que no hemos botado porque con ‘ésa me conoció’.

La periodista recordó algunas etapas de la vida de las mujeres señalando que en la adolescencia el clóset se agranda cuando comenzamos a compartir ropa con las amigas. También sostuvo que hay una etapa neurótica en la cual creemos que con la ropa –o el trago- vamos a pasar las penas.

Y se río de los momentos en que, antes de pasar a vestirse como la ‘señora del Legacy’ se puso unos poco asentadores pitillos para verse joven. “Tantos errores he cometido en mi vida amorosa, como he cometido con mi ropa”, sostuvo.
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