Pasan los días y aunque los niños estén llenos de tareas, en algunas oportunidades, se quejan con un mamá, estoy aburrido.
Bueno, la solución ha llegado a tu puerta con sólo incentivarlos a usar su ingenio y creatividad.
Encender la luz; lo dice todo en su título. Ana Bonilla nos dice que basta con prender la luz en una pieza oscura para conseguir una tarde o noche de diversión. Aunque el libro no enseña figuras específicas para crear sombras contra la muralla, a los más pequeños les avivará la creatividad porque les muestra en sencillo cual es concepto básico que hay detrás de la idea de jugar con la luz y las sombras.
Basurarte, también es sugerente a partir de su título: hacer arte con basura. Editorial Océano acaba de publicar un maravilloso libro (en tapa dura) de manualidades con reciclaje.
Antes que nada, dedica todo un primer capítulo a explicar lo que es el reciclaje, la importancia de ello y entrega datos tan fundamentales -para padres e hijos- como que un pañal desechable de bebé puede demorarse cientos de años en desintegrarse. Algo para tener en cuenta.
La idea es crear, divertirse y reciclar y la verdad es que sorprenden las cosas que se pueden hacer con cosas en desuso.
Por ejemplo, una gran caja de cartón, tempera y envases de yogurt puede servir para hacer la máscara de un robot de varios botones. Si a la misma caja o cartucho de papel (de esos de supermercado), pintado de distinto color le hacemos un hoy al centro y le colocamos una bolsa de plástico larga conseguimos la cabeza de un elefante.
Más fácil es hacer un antifaz con esa bandejas de plumavit que contienen comida a la cual se le perforan dos hoyos (los ojos, obvio) y se le decora con la imagen más divertida que se tenga en la mente.
