Padina: la guardiana del calcio en nuestra piel
La padina (padina pavonica) es un alga que crece más abundantemente en el mar Mediterráneo. Tiene una forma muy particular y crece en una concha protectora que debe su blancura al depósito de cristales de aragonita (carbonato de calcio). Cuando el concentrado de esta alga se combina con otros ingredientes de fuentes oceánicas, la padina ayuda a fomentar el calcio en nuestra piel, responsable de proteger la barrera de humedad, para que pueda combatir mejor envejecimiento cutáneo. Las moléculas mensajeras hidrosolubles responsables de la cristalización de aragonita, en la superficie de la padina, son capaces de reactivar el metabolismo del calcio en la epidermis, estimular la comunicación celular, y disminuir la irritación cutánea.
Rhassoul: arcilla desintoxicante
El barro Rhassoul se ha utilizado por más de mil años en jabones, champús y acondicionadores, gracias a su extraordinario poder de absorción, que hace de esta arcilla una de las más eficaces para limpiar, desintoxicar y tratar la piel. Se extrae de minas bajo tierra ubicadas en las montañas Atlas, a unos 200 km de Fes en Marruecos. Se trata de un proceso lento que se hace alumbrado sólo por pequeñas lámparas y a mano con palas. Gracias a que el Rhassoul (que en árabe significa "la materia que lava") es rico en minerales, se utiliza en cosmética para reducir la sequedad de la piel, estimular su elasticidad y firmeza, eliminar las capas muertas y mejorar su textura.
Antarticina: crioprotección
La antarticina (extracto glicoproteinico glacial) es una molécula procedente de la Antártica formada por microorganismos que han sobrevivido a las condiciones extremas de las profundidades frías y oscuras de los glaciares por millones de años. Como ingrediente, la antarticina crioprotege e hidrata la piel aun en condiciones extremas de frío y congelamiento; mejora notoriamente su suavidad blindándola de los efectos de los radicales libres.
Laurel de Fleischer: hierba de los Alpes
Es una planta propia de los Alpes suizos, que crece en los confines de los glaciales, en amontonamientos de piedras, morrenas y masas formadas por los aluviones. Para vivir y multiplicarse en este entorno, el laurel de Fleischer ha desarrollado unas poderosas raíces subterráneas, capaces de captar el agua que se encuentra bajo las rocas, y la posibilidad de autorreproducirse formando retoños, que explican su sorprendente proliferación en este medio hostil. En cosmética, además de su reconocida acción reconfortante, los científicos han demostrado su capacidad para frenar el desarrollo de la enzima causante de la producción de sebo. Las flores rosadas y púrpuras se utilizan para obtener sus propiedades astringentes, antiinflamatorias y emolientes.
Jade y polvo de perlas: refinador facial
Algunas piedras preciosas son muy cotizadas en la cosmética, ya que en estado de pulverización actúan eficazmente eliminando las células muertas de la superficie de la piel. El jade en partículas micronizadas, por ejemplo, actúa como un refinador facial que abre los poros y elimina las toxinas. Además, su extracto combate el estrés oxidativo provocado por el sol y neutraliza los radicales libres. En el caso de las perlas, se utilizan para potenciar la regeneración celular que con los años se vuelve más lenta.
Savia Negra: alga regeneradora
La savia negra (skeletonema costatum) es un alga microscópica capaz de sobrevivir en situaciones extremas. Sus moléculas negras con ácidos grasos esenciales tienen gran poder regenerador, que reactiva los mecanismos de comunicación de las células. Llevada al plano de la cosmética, esta alga "prodigiosa" lograría retrasar el proceso de envejecimiento cutáneo, sobre todo a partir de los 30 años, ya que es capaz de restaurar la comunicación entre las células, proceso esencial para reactivar y coordinar las actividades de reparación.
Nenúfar: efecto hidratante
Originarios de África y parte de Asia, los nenúfares son un tipo de planta acuática. En cosmética, se utilizan las flores y rizoma (raíz) del nenúfar, ya que son ricos en taninos y alcaloides, con propiedades astringentes y tónicas, y almidón, que tiene la cualidad de formar una película sobre la piel que limita la pérdida de agua y proporciona un efecto hidratante.