“Ataco de noche, pero no muerdo”. Mario Velasco, uno de los rostros que más ascendió en estima televisiva este año, no le hace el quite al apodo que Larry Moe encontró para el “Vampiro de Montegrande”, debido a sus conquistas amorosas y al pueblo del Valle del Elqui que lo vio crecer.
Luego de pasar poco más de un año como ‘modeláis’, en el elenco de “Yingo”, Velasco tomó nada menos que el mando del programa, junto a Catalina Palacios y gracias a la partida de Hotuiti Teao, quien quiso dedicarse a su vida marital.
Simpático y de buen trato con la cámara, su propio compañero Karol Dance ha descrito el secreto de su éxito a su carácter sencillo y a su talento. Pero “Loquillo” olvidó un elemento fundamental en el auge de la fama de este hombre de 30 años, bautizado también por su jefe, Álex Hernández, como “el Anfibio”. Aquí, el mismo cuenta la anécdota:
“Fuimos a grabar una nota de surf artificial al Mall Sport en invierno. Cuando terminamos, me fui a meter al jacuzzi porque estaba muerto de frío. Pero también fue una compañera y ahí tuvimos como un ponceo. Yo no me di cuenta, pero me estaban grabando, y después mi jefe (Hernández) me llamó y me dijo que qué significaba eso.
‘No, nos pusimos cariñosos, se dieron las cosas’, le dije. Y él me contestó:
‘Eres peligroso en la tierra y en el agua. Eres un anfibio’. Y nunca más, Mario, me dijo”.
De hecho, su trayectoria amatoria se compone de mujeres como Lucila Vit, Pamela Le Roy, Maite Orsini -con quien perdió un hijo- y Francisca García-Huidobro. Y ellas son sólo las que se han comentado como oficiales, haciendo inevitable que entre el género masculino surja la curiosidad por saber qué hace Velasco para quedarse con las chicas lindas.
-¿Cómo las conquistas?
“A ver, yo soy como el antigalán; soy poco canchero, no me creo mucho ni soy el tipo entrador con la parada del que se siente dueño del mundo. Soy medio tímido incluso, pero sí apelo mucho al humor, a que el hecho de salir a tomarse un café, sea reírse y no el simple hecho de tomarse un café; haciendo que ojalá cada cosa sea especial. Soy un tipo súper caballero, además. Mis mamás me enseñaron que el trato con las mujeres era súper importante y lo delicado que hay que ser en algunas oportunidades; saber que el sexo opuesto es más sensible y tiene distinta percepción de algunas cosas. Por ahí va un poco, no por una cosa del aspecto físico. Si bien no soy un tipo feo, tampoco soy un tipo lindo, soy un chileno normal, pero caballero, simpático, con buen humor y educado”.
-Por ahí dicen que no reconoces a las mujeres con las que has estado.
“Por supuesto que sí, a mis pololas. Lo que pasa es que, a veces, la prensa te pregunta si estás pololeando y de repente no es así, si no que estás en una etapa en que recién te estás conociendo y no sabes aún para dónde va la cosa. Es delicado el tema en todo caso. No es para tratarlo a la ligera, pero siempre las he reconocido y me siento súper orgulloso de la mujer con la que estoy”.
-Por ahí una joven aseguró que conquistabas a todas las mujeres con el mismo discurso.
“Pero si ha dado resultado, no habría por qué cambiarlo (ríe). Equipo bueno repite. Siempre he estado con la mujer que he querido, y no lo digo para agrandarme, tampoco he tenido muchas pololas -he pololeado 4 ó 5 veces- pero cuando me gusta mucho una mujer, le pongo tanto empeño que hasta por cansancio la termino consiguiendo”.
-¿Cuál es el discurso?
“No, no tiene que ver con palabras. Yo soy súper observador, y veo qué cosas le gusta hacer y conversar para tratar de darle en el gusto, de manera de que mi personalidad se haga atractiva a la otra persona, así es más fácil entrar. Estar tocando teclas que a la otra persona le producen cosas, permanentemente, en algún minuto provoca que se termine fijando en ti, en algún grado”.
-¿El amor no tiene edad?
“¡No, cero! El amor tiene que ver cuando tu corazón está tranquilo, feliz, y más allá de la edad que tenga una persona, es lo que provoca en ti cuando estás con alguien que te gusta, más allá que tenga 100 años o 18, de ahí para abajo es más complejo (ríe)”.
-¿Tus pololas no se han puesto celosas de que estés rodeado de tantas mujeres regias en el programa?
“No, o sea, siempre hay algún celo y advierten cosas. A mí también me pasaría, pero creo que es parte de la pega de uno, como hombre, de hacer sentir segura a tu mujer, y demostrarle que estás con ella porque la quieres y no te interesa estar con nadie más”.
-Dicen que eres el vampiro de Montegrande.
“Eso lo escribió Larry Moe. Cuando lo leí me reí mucho, pero quién soy para desmentir a un columnista de ese prestigio (ríe). No, si bien ataco por la noche, no muerdo. Soy vampiro, pero vegetariano”.
-¿Con quién vives?
“Con mis dos hermanas, porque entraron a la universidad y tuvieron que venirse a Santiago. Ellas vivían en Montegrande”.
-Tu, como hermano mayor que eres, ¿les das consejos?
“Lo que pasa es que los hombres, en general, hasta que no nos enganchamos, somos bastante fríos, funcionamos por instinto. Por ejemplo, somos mas carnales y pasa un período en que uno busca ciertas cosas y hay que tener cuidado. Pero, al final, lo único que uno puede hacer es dar un consejo, porque de la puerta hacia afuera es poco lo que puedo hacer en relación a mis hermanas”.
-¿Estás feliz y acompañado o feliz y, entre comillas, tranquilo?
“Feliz y tranquilo. Estoy soltero, obviamente hay una chica que me gusta, pero sigo soltero”.
-¿Aplicas la técnica?
“Ahí estamos, en la conquista. Estoy en el período de estudio, de ver qué le gusta, cuáles son los temas que le gusta hablar, para captar su atención al menos”.
-Pero tú apuestas a ganador.
“Ojalá. No ha fallado aún”.
-¿Es conocida?
“Sí, pero prefiero no generar en la otra persona nada aún. Soy claro con ella, y aún soy un hombre soltero”.
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