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Iván Cabrera: “No me voy a hacer el santito, a mí me encantan las mujeres”

Al “Potro de Independencia” no le importa que la gente en la calle lo moleste por el incidente de “Fiebre de Baile”. Él se siente todo un ganador, feliz de estar donde está, y de haber estado con hermosas mujeres en su vida. Aquí recuerda viejos y no tan viejos amores.

03 de Septiembre de 2010 | 14:41 | Ángela Tapia F.
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Patricio Ulloa, El Mercurio.

Hace unas semanas acaparó las portadas de los diarios cuando por segundos fue nombrado el ganador del programa de tv “Fiebre de baile”. Iván Cabrera (27 años) festejó algo incrédulo su victoria, televisada en directo para el país. Estaba feliz, y cómo no. Si hace una semana había ganado un departamento, a metros de su casa familiar, después de competir 9 meses en “Yingo”.

El sueño de todo chileno de la casa propia se había cumplido. Ya de antes la buena racha se gestaba en su vida. Su primer concurso de baile lo ganó a los 6 años en “Éxito”, de José Alfredo Fuentes, bailando “Smooth criminal” como Michael Jackson. Y además, a parte de estar con guapas mujeres del circuito “Yingo”, “Calle 7”, (sólo Maura Rivera y Catalina Vallejos como novias oficiales), el “Potro de Independencia” o Iván “Caldera” gozaba de una buena fama en la televisión gracias a su simpatía, humildad, músculos y reputación de peligroso galán.

Ya podía recoger los frutos que por casi 10 años cosechó, primero como miembro del Bafochi, y luego como estudiante de Eduación Física. Atrás quedaban esos años cuando se iba al Bali Hai a bailar media hora por 5 mil pesos. No, señor. El ex “Rojo” es catalogado hoy como uno de los rostros más populares de Chilevisión, y por lo mismo, está tomando clases de inglés y se prepara en locución y edición; algún día quiere animar.

“Perdón, perdón, perdón. Quiero pedir un minuto de atención”, dijo Julián Elfenbein, cuando aún los amigos de Cabrera lo abrazaban emocionados en el escenario del estelar de Chilevisión. Había habido un error. El premio del cero kilómetro “rojo furioso” no sería para Cabrera. El real ganador era Rodrigo Díaz.

“Cuando dijeron ‘Iván Cabrera ganó’, no me sorprendí por haberle ganado a Rodrigo Díaz ni por sentirlo imbatible, sino porque pensaba en que cómo podía tener tanta suerte, cómo me gano un departamento el sábado y ahora me gano un auto, independiente del premio, por el hecho de ganar. Pero cuando le vi la cara a Julián me dio una tincada. Le dije: ‘¿Se equivocaron, cierto?’. ‘Sí’, me dice. Y ahí ya caché y filo (...) Ganó Rodrigo, un justo ganador. Todo ocurrió con este chascarro, que me lo tomo como algo anecdótico porque en ningún momento me sentí pasado a llevar ni pensé que hubiese estado preparado”, dice Iván, con el momento ya superado.

-¿Preparado?
“Todo el mundo me dice ‘oye, te quisieron perjudicar’. Pero cómo, si yo soy el que trabaja en el canal, sé cuál es el grupo que trabaja en la producción del programa y los conozco a todos, desde el director hasta la persona que hace el aseo. Así que sé la calidad de personas que son. Sé que muchas veces en la televisión se busca el rating, pero el programa no lo necesitaba, si sólo esa noche marcó cuarenta y tantos puntos. Entonces, para qué iban a hacer un escándalo así, para qué iban a dejar a un animador mal”.

-Pero, ¿no te dio vergüenza que todo estuviera televisado?
“No, para nada. Mucha gente se ríe en la calle y molestan. Me dicen ‘Iván Cabrera...Ah, no, verdad que no’. Típico. Pero yo me lo tomo siempre con andina, súper suave. Sé lo que valgo y cómo son las cosas y punto. Por lo menos llegué a la final y logré lo que quería, con grandes personajes de la televisión y grandes bailarines. El hecho de haber competido contra Pablo (Vargas), que es un histórico de ‘Rojo’; la Carolina (Oliva) que estuvo en la ‘Generación’ de ‘Venga conmigo’, me hacía sentir un ganador, porque para mí siempre fueron referentes”.

-¿Es cierto que incluso terminaste con tu polola, Connie Mengotti (23, chica Playboy), para concentrarte en la final del programa?
“No, no fue ese el motivo. No era mi polola en todo caso, estábamos saliendo. Pero yo le comenté que estaba haciendo hartas cosas y que no quería lo mismo que ella. Y como a veces he hecho sufrir a algunas personas y, al final de cuentas, me duele más a mí, no quería hacer lo mismo ahora. Creo que a estas alturas de la vida, con 27 años, igual ya maduras un poquito y quieres hacer las cosas bien. Entonces, qué decía yo: ‘En este tiempo, ¿qué hago? ¿Cómo sigo estando con ella, mientras se sigue enganchando, si al final igual le voy a decir que no quiero?’ Ella iba a sufrir más después que diciéndole las cosas antes. Yo quería estar solo no más. A pesar de que era una gran mujer, guapísima, y espectacular como persona”.

-¿Por qué te dicen “potro”?
“(Ríe) Me da risa. Emm... potro. Potro... (Controla su risa y se pone más serio). Potro me dicen por una historia, un lío de faldas que hubo. No sé poh, tú cachái la diferencia entre el potro y el caballo. Por lo que me han dicho, es por lo varonil. Al potro como que se le marcan las venas y tiene toda la onda de la feromona animal. No es un fina sangre, es un potro corralero chileno, de tusa larga, negro. Con eso podrás entender todo lo demás”.

-Vale Roth una vez dijo que eras un “lacho”. ¿Tiene que ver ella en ese lío?
“No, no tiene nada que ver. Yo no me voy a hacer el santito, a mí me encantan las mujeres. Puede sonar un poco cliché, pero creo que es lo más lindo que inventó Dios, de verdad. Y creo que cada mujer tiene un lado lindo, algo que llama la atención y eso es fantástico. Lo he pasado súper bien, he conocido hartas mujeres y me siento afortunado de que algunas fueran muy lindas, han sido momentos súper gratos para mí”.

-¿Qué pasó con ella, entonces, que terminó hablando así de ti?
“A ella la conocí terminando un pololeo con la Maura (Rivera), y para mí, entre comillas y en el buen sentido de la palabra, fue como una rehabilitación. Yo estaba un poco bajoneado y su forma de ser es tan divertida, extrovertida, que lo único que quería hacer con ella era pasarlo bien. Me reía a cada rato, me volvió a sacar mi lado de niño que uno siempre tiene guardado. Pero ser lacho, lacho, lacho, no”.

-¿Y el lío de faldas?
“Es que eso fue un caso puntual. Pasó que en un momento estaba por ahí, por allá, por acá... Y qué es lo que pasa... El potro es el semental, como el macho alpha que tiene ahí a todas las hembras y él es el que manda. Entonces, llegado un momento equis de mi vida, pucha, estaba soltero y andaba por ahí, por allá y por acá, y justo, sin querer, por esas casualidades de la vida y porque el mundo es chico, alguien comentó algo y las que lo escucharon dijeron ‘a mí también, y a mí también’ y se armó una cuestión bien grande en contra mía. Eso llegó a oídos de mis compañeros, que empezaron a molestar, y luego a los oídos de mi jefe, hasta que me pusieron ‘el potro de Independencia’”.

-Con la popularidad que tienes hoy en día, y siendo un potro, ¿te cuesta ser fiel o evaluar la opción de tener una relación seria?
“Igual, estando en televisión es complicado tener una relación con una persona de afuera, que no tenga nada que ver, porque muchas veces, aquí agarran para la palanca, justamente, a personajes como el mío, el galán que anda con una y con otra. Mi ex polola, la Catalina Vallejos, de ‘Calle 7’, al principio no entendía y un día me puso entre la espada y la pared. Me dijo ‘o te siguen molestando o estás conmigo’, y yo pedí que no me molestaran más, decidí por ella. Después, cuando ella entró al programa, pedí lo mismo y no sirvió, porque no me hizo caso (ríe). Así que es complicado ese tema; mucha gente habla más de la cuenta, que uno anda con esta o esta otra y eso afecta. Están además los prejuicios y todas esas cosas, así que es una lucha bastante grande como para estar con alguien, es jugársela al 100%. Miles de personas, conversando entre amigas, me dicen que ni locas andarían conmigo, que no podrían permitir que las minas me bailen como lo hacen en los show, ni eso de ir caminando en la calle y se acerquen. Yo no me creo que hombre más bonito de la tierra. Pero pucha, a todos los que trabajan en televisión les pasa”.

-¿Qué vas a hacer? Obligado a buscar en la tele no más.
“No, creo que la persona indicada llega en su momento justo. No tiene por qué ser de la tele”.

-¿Por qué Maura Rivera terminó tan enojada contigo, que cuando se refería a ti ni siquiera te llamaba por el nombre?.
“Hasta me dijo ‘el innombrable’. La Maura es así, tiene un carácter fuerte. Siempre es la dueña de la verdad. En algún momento terminamos en mala y todo pero…”.

-¿Te portaste mal?
“No, para nada. Todo el mundo decía que yo había terminado con ella porque la había engañado, pero no. Cuando terminamos, no faltaron los amiguitos que empezaron a meter cosas en la cabeza y le dijeron que la había engañado. Ella me dijo que alguien tenía fotos y todo. ‘Ok’, le dije, ‘trae las fotos. Yo no voy a ser tan caradura de negarlo al frente de todo’, pero no lo hizo nunca. Al final, le dije dos o tres veces que no era cierto y no lo iba a hacer una cuarta. Así que listo, terminamos súper en mala. Después pasó que yo le mandé un saludo en ‘Fiebre de baile’, súper en buena onda, pero ella se lo tomó en mala onda. Después pasó lo del ‘innombrable’, que no correspondía, pero a mí me da risa no más. No he vuelto a hablar con ella, y no es de rencoroso. Tuve lindos recuerdos, y estoy súper contento por que esté bien, pololeando con Mark González. Le deseo lo mejor no más”.

-¿Cuál es tu vicio privado?
“Me gusta mucho ir a comer comida exótica, ir a lugares como esos programas donde van viajando y comiendo cosas. También me gusta mucho ir a comer comida peruana, tailandesa, japonesa... Con mis amigos, que somos 8 los más cercanos, nos juntamos un día a la semana a comer siempre, vamos a diferentes lugares. Me encanta la cocina, los olores, los diferentes condimentos que hay en las culturas. He comido de todo, hasta culebras”.

-¿Qué sabor tienen?
“Exquisito, como a pollo”.

-¿Algún lugar para recomendar?
“Sí, tengo un restaurante favorito donde he comido el mejor ceviche de mi vida, exquisito, que es el Barandiarán, que es peruano. Con el puro olor de ese lugar quedé fascinado”.


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