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¿Qué se busca en un pareja? Las necesidades de él y ella

Sin duda que se busca la felicidad pero no siempre se sabe como alcanzarla.

17 de Junio de 2011 | 16:13 | Francisca Vargas
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El Mercurio

A priori, se podría decir que la mujer busca sentirse valorada, segura y contenida emocionalmente. Mientras que los hombres, quieren sentirse aprobados y que los quieran tal como son.


Sin embargo, todas las personas son distintas, universos complejos y lo único que aúna a todos en esta búsqueda, es encontrar la felicidad y la realización como individuos.


Para ello, a lo largo de la vida, cada uno a su modo irá construyendo su personalidad, intereses y metas que llevarán, idealmente, a la autorrealización, para luego compartir la vida con alguien, si esa es la opción.


El tema se complica si la búsqueda de pareja se hace con ideas preconcebidas, provocando que cuando se encuentra, se “obligue” al otro a entrar en ese molde.


“Para que sea sano el encuentro y permanezca en el tiempo, ambos tienen que estar abiertos a arriesgarse en este proceso; reconocer sus errores, deficiencias y poder hablar de lo que pasa, de los sentimientos más profundos y escuchar con empatía, la respuesta del otro sin ideas preconcebidas”, aconseja la psicóloga humanista transpersonal, Paulina Alfaro (paulimed@gmail.com)


 Ahora si una persona se salta su búsqueda de autorrealización y no existe un “yo individual”, la psicóloga afirma que lo más probable, es que se establezcan relaciones desde la dependencia, el infantilismo o desde la manipulación.


“Tal vez la relación no perdure en el tiempo o vamos a estar en pareja pero en una más bien neurótica, donde los celos o las diferencias individuales van a ser motivos de discusión”.


Por lo tanto, para estar en pareja habrá que partir con un reconocimiento personal y después un regocijo mutuo donde se establecerá un acuerdo sobre los roles, necesidades o estereotipos que se seguirán, pero siempre por un tiempo y de acuerdo a la evolución de la pareja y el crecimiento que juntos vayan teniendo, sino el peligro es quedarse estancado y que surjan resentimientos por no experimentar estar en el papel del otro.


Ahora si ya se está en pareja, lo que recomienda Paulina Alfaro es buscar un camino personal, una identidad propia, para que en el encuentro con el otro se puedan compartir esas experiencias.


“No esperar que el otro haga lo que tú quieres o responda de la forma en que tú quieres, porque ahí las expectativas son distintas de la realidad y nos encontramos con las sensación de fracaso, decepción y una serie de situaciones que van mermando la relación”.


Es decir, aceptar al otro en sus diferencias y dejar de esperar que cambie o más bien, brindar la experiencia de ser aceptado y amado genuinamente. Eso sería estar en pareja.

Yin y Yang, el complemento

De todas maneras habrá un aspecto femenino y uno masculino que buscan complementarse a partir de sus diferencias.


“Tenemos energías, conexiones con el universo y hormonas distintas. Con la oxitocina en la mujeres hace que seamos mas gregarias y tengamos esta condición de poder apañar y acoger, tenemos un útero, porque damos vida”, explica Loreto Morraz, psicóloga y presidenta de la organización Conciencia, Mujer, Solidaridad.


En ese sentido, ella indica que los hombres tienen el papel de cuidar y sostener a la mujer, pero lo principal que se busca es la complementariedad y la conexión desde la esencia, el amor puro.


“Si tengo mis emociones en negativo es porque tengo miedo y construyo relaciones dañinas de descalificación, pero si me conecto desde el amor, mis emociones siempre estarán en positivo y tendré relaciones sanas, honestas”, afirma.


Entonces para eliminar espacios de combate anima a que las parejas se conecten con el otro sin interpretaciones y vuelvan al cuerpo, a lo más humano. “Que apaguen la televisión, cierren sus ojos y se sientan o miren el mundo a través de su complementariedad y en colaboración, todo en la vida es dual, ying y yang, vamos juntos”.


Por tanto, además de buscar la felicidad en conjunto habrá que valorar tanto las cualidades femeninas como las masculinas y entender que, para caminar juntos, habrá que tener confianza, admiración mutua, reconocerse tanto las virtudes como las propias carencias para no proyectarlas hacia la pareja y poder ser felices sin recriminaciones.