El chocolate es, sin duda, uno de los pocos alimentos que gusta a la mayoría de las personas. En postres o bombones, derretido, sólido o en polvo, no importa, es una delicia tenerlo dentro de la boca y degustar su sabor.
Este producto, que de seguro ayer recibieron muchos enamorados con motivo del Día de San Valentín, en realidad es el resultado del cacao -su ingrediente principal- procesado. Éste proviene de un fruto que crece en un árbol del mismo nombre que es originario de Mesoamérica, territorio comprendido actualmente por la mitad sur de México, Guatemala, El Salvador, Bélice; y el occidente de Honduras, Nicaragua y Costa Rica.
Según se ha determinado, hace más de 3.000 años el cacao ya era utilizado por los Olmecas como una bebida: molían sus granos y los mezclaban con líquidos. También fue usado por los Mayas -se cree que como condimento o salsa junto con la comida- y en rituales religiosos.
El fruto fue llevado a Europa por los primeros españoles que llegaron a América. Allí sufrió algunas modificaciones y su cultivo comenzó a expandirse a otras regiones del planeta para poder cubrir la creciente demanda.
De acuerdo a lo que se desprende de diversas páginas en internet, el primer país en industrializar el cacao fue España, con una fábrica en Barcelona. Alemania y Suiza siguieron sus pasos.
En la actualidad, el chocolate es un alimento universal que se vende en diferentes formatos: como bebida, en licores, postres, comidas o, simplemente, barras. También puede ser dulce o amargo, relleno o puro. Bélgica, Francia y Suiza se han convertido en famosos fabricantes de este -para algunos- irresistible producto, del cual anualmente se producen cerca de un billón de kilos.
Asimismo, diversos estudios le adjudican innumerables beneficios. Se dice, por ejemplo, que su consumo regular ayudaría a prevenir accidentes cerebrovasculares, así como también a mantener el estrés bajo control. Incluso existen investigaciones que han llegado a afirmar quienes acostumbran comerlo tienen más posibilidades de ser merecedores de un premio Nobel.
Eso sí, hay que tener en cuenta que los efectos beneficiosos que el chocolate tendría para la salud sólo son efectivos si su consumo es limitado, ya que sobrepasar las dosis recomendadas implica incorporar demasiadas calorías al organismo. Además, los especialistas siempre aconsejan comer aquellos que tienen mayor porcentaje de cacao, debido a que los otros aportan demasiada grasa y azúcar.
Óscar Gómez, chef ejecutivo del restorán
Astoria.