El rubor y los polvos bronceantes son un aliado esencial a la hora de maquillarse, siempre y cuando sean aplicados de la forma correcta. Esto porque, según explica la maquilladora Milagros Domínguez, utilizadas como se debe, ambas herramientas permiten destacar los rasgos bonitos de un rostro y disimular los que no lo son tanto.
Pero antes es importante entender la diferencia entre uno y otro. "Los polvos bronceantes se aplican en todo el rostro, y se pueden usar también en el cuerpo, como en el escote, los hombros, los brazos y hasta las piernas", sostiene Nicole Benado, directora de
Temaquillo.com. La especialista agrega que frecuentemente recurren a ellos las mujeres de tez más pálida, ya que su objetivo es dar cierta tonalidad a la piel.
El blush o rubor, en cambio, sólo se aplica en los pómulos. "Es como para darle salud al rostro, para marcar la zona de los pómulos y darle luminosidad", agrega Benado. Por esta razón, señala que también es importante elegir el color que se use de acuerdo al tono de piel que se tenga. "A las mujeres más blancas les quedan mejor los colores rosa y a las más morenitas los melocotón, duraznos, más tirados para beige y café", indica.
Una vez entendidas las diferencias entre el blush y los polvos bronceantes, lo que sigue para sacarles un buen partido es identificar la forma del rostro donde serán aplicados. Milagros Domínguez aprovechó el evento en el que la marca Benefit celebró su primer año en Chile, para enseñar a las asistentes los distintos tipos de rostros que existen y la forma correcta de usar en ellos ambas herramientas de maquillaje. ¡Reconoce el tuyo!
Ovalado: según la maquilladora, es el rostro más "perfecto" de todos, ya que no necesita mayor corrección. En él, el rubor debe aplicarse en los pómulos de forma ascendente hacia las sienes, en tanto que los polvos bronceantes en el resto de la cara para dar un toque de color.
Redondo: para darle mayor definición a este tipo de rostro, el blush se debe aplicar de modo ascendente hacia las orejas, para que -según explica Domínguez- ayude a alargar y quitar un poco lo redondo de la cara. Los polvos bronceantes, en cambio, deben usarse justo debajo de la barbilla.
Cuadrado: en este tipo de rostro se pueden encontrar cuatro puntos bien marcados: dos en la parte superior de la frente y dos en la quijada. "Entonces, es necesario disimular eso, lo que se hace con los polvos bronceantes. Hay que aplicar un poco en las cuatro esquinas, buscando la forma ovalada", sostiene la maquilladora. El rubor, en tanto, también debe usarse en los pómulos de manera ascendente, para alargar la forma de la cara.
Triangular: éste rostro se caracteriza por tener una zona más "cuadrada" en la parte superior de la frente y más "en punta" en el mentón, es decir, como un triángulo al revés, lo que lo hace ser más alargado. Por esto, para acortarlo, se deben aplicar polvos bronceantes bajo la barbilla y en los extremos superiores de la frente, mientras que el blush debe ir en los pómulos de manera más horizontal. Esto -explica Milagros Domínguez- ayuda a darle más amplitud a la cara y a equilibrar la parte superior e inferior de ésta.
Nicole Benado agrega otras dos formas de rostro:
Corazón: es más redondeado en la zona de la frente y se va alargando hacia el mentón. En éste tipo de cara, el rubor debe aplicarse debajo de los pómulos y no sobre ellos, para así evitar que el rostro se vea más ancho. "Difuminarlo debajo de los pómulos hasta llegar a las orejas", aconseja.
Diamante: éste tipo de rostro es alargado en su parte superior e inferior, y más ancho en la zona central. Así, el blush debe aplicarse en los pómulos, teniendo como límite la parte inferior de la nariz. La recomendación de la maquilladora es difuminarlo hasta la parte media o central de las orejas.
