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Lidia Amarales: “Los rostros deben ser muy responsables al hablar de drogas”

La directora del Senda aclara que la complejidad del tema ha impedido que el Gobierno tome una definición sobre las modificaciones que se deben hacer en la ley que regula la marihuana. Agrega que se debe observar la experiencia de Uruguay tras la legalización de la misma.

31 de Diciembre de 2014 | 15:32 | Por María José Errázuriz L.
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Las cifras no son muy promisorias. En la encuesta 2013 sobre consumo de drogas en el país, sólo el 21,6% de los jóvenes dijo que fumar marihuana era riesgoso para la salud, contra 48% que pensaba eso dos años antes. El consumo, en tanto, aumentó de 15,6 a 30,6%, es decir, uno de cada 3 reconoció haberla fumado.

Las cifras señalan también que, entre los escolares, el consumo de tabaco ha disminuido en forma persistente, en cambio, si bien el consumo de alcohol se mantuvo estable sigue en niveles muy altos, especialmente, los que tienen consumo de riesgo, es decir, toman hasta quedar embriagados.

La directora ejecutiva del Senda, Lidia Amarales, asegura que las drogas más preocupantes en el país son las lícitas (tabaco y alcohol) y que, aunque las otras -pasta base, cocaína y marihuana- también lo son, no tienen la misma prevalencia en el segmento juvenil.

Pediatra, magister en Salud Pública, en el cargo de subsecretaria implementó la ley antitabaco en 2006 y luego continuó con fuerza la campaña por disminuir el consumo del cigarrillo desde la Fundación Chile Libre de Tabaco.

-¿Somos cínicos cuando nos enfocamos sólo en las drogas ilícitas y no hacemos cuestión de las otras?
“Es parte de lo que pasa a nivel mundial, la permisividad en el consumo del alcohol y tabaco es una realidad y están asociadas a nuestra cultura. Las drogas lícitas, tanto para la felicidad como la pena, eran parte de la normalidad; lo dicen las canciones. No hablaría de cinismo, diría que está arraigado en nuestra cultura”.

-¿La explicación está en que hay una conciencia mayoritaria, producto de la información que circula, de que las drogas duras tienen un mayor impacto en la salud, en cuanto a daño?
“No se puede poner todas las drogas bajo el mismo parámetro, porque cada una tiene sus propias características. Si hablamos de mortalidad es el tabaco, que es la primera causa de muerte prevenible; si hablamos de años de vida prematuramente perdidos, o sea, muertes prematuras en jóvenes y hombres, entonces es el alcohol.
“Aunque todas producen adicción, la pasta base y cocaína producen una adicción neuropsíquica que hace el consumo progresivo y eso altera la vida social y familiar de la persona”.

-¿En los jóvenes, el discurso sobre lo dañino de las ilegales ya no los permea?
“Lo que vimos en la encuesta es que la percepción de riesgo de la marihuana y cocaína bajó en los jóvenes. Ellos creen, sobre todo la cannabis, que no produce daño y la ven como una droga natural porque es una planta y más cuando la que llaman verde, lo que es un error, porque su componente provoca daño en el neurodesarrollo”.

Lidia Amarales afirma que la sociedad completa es la responsable de este cambio de percepción; no sólo los padres, que deben mostrar a los niños que iniciarse en el consumo es todo lo contrario a ganar libertad, sino que también los educadores y los medios de comunicación. “En el tema de la marihuana hay una sociedad que ha sido mucho más permisiva, ha habido todo un movimiento pro uso legal de la cannabis y eso, reforzado por experiencias como Uruguay o Estados Unidos. Eso instala que la cannabis no produce daño y también ha permeado la confusión entre el uso terapéutico y el recreacional”, dice.

-¿Qué efecto tiene ver que rostros del espectáculo, de la política, reconozcan ser consumidores y se muestren exitosos?
“Todas las personas tienen la libertad de consumir, en el ámbito privado, y de hecho la ley lo permite, pero creo que hay que tener cuidado. Los rostros somos líderes de opinión y en eso sabemos que lo que uno plantea permea al resto. Creo que hay que ser muy responsables; hay que tener cuidado; puede llevar a confusión el decir tan libremente que ‘soy exitoso y consumo’”.

Consultada cuánto ha avanzado el proceso de reclasificación de la marihuana, Lidia dice que el programa de gobierno no sólo contemplaba eso, sino también revisar las restricciones que hay para el uso terapéutico y la definición del porte para consumo respecto de micro tráfico. Agrega que la mesa de salud pública convocada para estudiar el tema ya terminó su trabajo, pero no adelanta cuándo se tomará una decisión gubernamental sobre cómo y cuándo plasmar esto en un proyecto. “No tenemos plazo”, afirma e insiste que ello se debe a que el tema es complejo.

-Has señalado que la ley es incongruente cuando permite el consumo, pero no la compra ni el cultivo.
“Efectivamente, éste es uno de los temas que hay que sincerar y no sólo sincerar. Hemos visto que respecto al consumo y porte ha habido un aumento significativo de las detenciones por eso, pero los procesos judiciales por tráfico han disminuido. Estamos viendo que todo el trabajo policial se ha centrado en el persecución de los consumidores y portadores para consumo y no a combatir el tráfico. Eso demostró que las leyes no están orientadas a lo que realmente se quiere perseguir. Por eso, no sólo hay que sincerar, sino revertir eso”.

-¿Qué te provocó esta portada? (se le muestra la revista Qué Pasa del 7 de noviembre donde aparece Ricardo Lagos Escobar señalando: “Debemos legalizar todas las drogas en Chile”)
“Me parece interesante el trabajo que hace este grupo de ex Presidentes en orden a legalizar las drogas como una forma de enfrentar el gran daño que le produce a los países el tráfico; me pareció sumamente interesante y eso es lo que se discute a nivel internacional. Claramente ha habido un fracaso en el combate del tráfico, ha aumentado eso y también el consumo; se ha fracasado como política de Estado, sobre todo en las Américas, en el control de las drogas”.

-¿Pero, te convence el argumento de que legalizando las drogas se va a disminuir el narcotráfico y consumo?
“No te podría decir porque no hay experiencias internacionales que puedan demostrar una u otra cosa”.

-¿O sea, eres partidaria de observar una experiencia como la que lleva adelante Uruguay?
“Sí, sí, observarla. Ahora sí creo que la incongruencia que existe hace que existan todos estos movimientos a favor de la cannabis para que se permita el autocultivo, el porte y eso, lo único que hace es producir esta confusión y que la percepción de riesgo de las drogas disminuya y los jóvenes comiencen a consumir…a diferencia de una droga regulada como el tabaco, donde aumenta la percepción de riesgo y disminuye el consumo siendo una droga legal. La experiencia que quieren tener los uruguayos es que esto vaya por la regulación”.

-Un ex jefe de la DEA dice que legalizar la droga para enfrentar el problema es una promesa falsa porque toda industria necesita consumidores. ¿Te hace sentido?
“Claramente, toda droga necesita consumidores, incluida la legal, con la diferencia que la ilegal no se puede regular, es muy difícil; se le tiene que combatir en la ilegalidad. En el tabaco se logró regular la publicidad, la venta, el consumo en espacios públicos y se ha logrado que baje el consumo. Lo mismo se está haciendo con el alcohol y se debiera avanzar como prohibir la publicidad en actividades deportivas. Ahora, no hay nada escrito”.
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