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Blog de belleza: Tratamientos faciales mínimamente invasivos vs. bisturí

Según la doctora Claudia Avaria, los primeros están ganando terreno frente a la cirugía. Lee aquí las razones y algunas recomendaciones de la experta.

27 de Octubre de 2015 | 16:20 | Por Claudia Avaria
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Fotobanco
En una entrevista reciente, la actriz Sharon Stone, vinculada a una marca de rellenos dérmicos, abogaba por los rellenos faciales como una opción más natural y sutil para rejuvenecer el rostro. Con este sistema se evitaba tener un rostro "succionado por un túnel de viento", graficaba Stone.

Esto es una muestra más de que la tendencia hoy es a buscar tratamientos mínimamente invasivos, que son aquellos que no requieren bisturí, ni cirugía, sino que se realizan con microinyecciones y también con láser. Estos tratamientos están ganando terreno frente a la cirugía. Las personas los buscan porque permiten obtener resultados naturales, rápidos, sin incómodos post operatorios y que incluso se pueden realizar a la hora de almuerzo para luego volver al trabajo.

El progreso de los tratamientos mínimamente invasivos ha llegado a tal nivel que algunos connotados cirujanos plásticos, ante el avance de la evidencia, han comenzado a implementarlos en sus clínicas. Ejemplo de estos tratamientos son rellenos faciales, plasma rico en plaquetas, hilos tensores, toxina botulínica, láser para desmanchar y rejuvenecer.

Estos tratamientos se pueden realizar a partir de los 30 años, pues desde los 25 años las células fibroblastos de la piel comienzan a producir en menor cantidad colágeno para la firmeza, elastina para la elasticidad y ácido hialurónico para la hidratación. De ahí que los primeros signos de envejecimiento se revelen a partir de los 30 años, con arrugas finas, sequedad y opacidad en la piel.

Entre sus ventajas está obtener resultados naturales. En esto es clave que las personas averigüen las certificaciones e idoneidad del especialista médico con quien se realiza el tratamiento, y los eventuales reclamos que reciba. Un especialista idóneo sabrá aconsejar, por ejemplo, la cantidad de relleno facial que puede aplicar en pómulos, surcos, nariz y labios para lograr resultados sutiles y creíbles, que no alteren los rasgos faciales.

Otra ventaja es que, a diferencia de las intervenciones plásticas, estos tratamientos no requieren aislar a la persona de su diario vivir. Por ejemplo, el 80% de las disconformidades con nariz se pueden solucionar con rinomodelación, es decir, un relleno facial que rectifique y respingue sin necesidad de pabellón ni post operatorio doloroso.

Una recomendación es que el paciente escoja un médico que le ofrezca control o segunda aplicación en caso necesario. Por ejemplo, al inyectar toxina botulínica se requiere una segunda visita para ver si se ha obtenido los resultados esperados, y de manera uniforme.

También es fundamental que el paciente conozca el material que se inyectará. El médico especialista debe abrir delante suyo el producto –relleno dérmico, toxina botulínica-, el cual debe venir sellado y ser de una marca autorizada por el Instituto de Salud Pública (ISP).

El mal uso de los tratamientos lleva al descrédito. El buen uso, lleva a los innumerables buenos resultados, como el de Sharon Stone, y que van gradualmente desplazando a las intervenciones faciales quirúrgicas.

Lo importante es dejarse asesorar por el especialista, escoger bien y realizar el tratamiento de manera oportuna.

Saludos,

Doctora Claudia Avaria, directora de Clínica Avaria (www.clinicaavaria.cl)
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