PARÍS.- El diseñador georgiano Demna Gvasalia presentó ayer en París su debut al frente de de la firma Balenciaga, posiblemente el desfile más esperado de la semana, en el que trató de aunar su amor por la moda urbana con la tradición "couturier" de la famosa "maison" del modista vasco.
Gvasalia presenta esta colección luego de tomar las riendas de la firma el pasado mes de octubre, después de la despedida de Alexander Wang, cuya relación con Balenciaga no llegó a cuajar.
A sus 34 años, el diseñador, nacido en Georgia y formado en Alemania y posteriormente en la prestigiosa Royal Academy of Fine Arts de Amberes, en Bélgica, había trabajado anteriormente con Martin Margiela y Louis Vuitton antes de crear una de las firmas mejor consideradas del momento, Vêtements.
Esta marca que empezó a desfilar en París en 2014 se ha hecho famosa gracias a su estilo anti-chic, conocida por su espíritu político y sobre todo por el anonimato en el que nació, no por crear un halo misterioso sino porque sus contratos con otras marcas les impedían colocar sus nombres en un proyecto propio.
Los siete diseñadores detrás de Vêtements, que se habían formado juntos en Maison Martin Margiela y Louis Vuitton, decidieron crear esta firma valiéndose de la estructura de la industria pero con nuevos métodos, como no usar modelos profesionales en sus desfiles o la elección de espacios poco habituales, como una iglesia.
La influencia de Vêtements: Más es más
La idea de Gvasalia para este estreno creativo a la cabeza de Balenciaga, era “traducir”, “repensar” la tradición de alta costura de la casa de moda, y traerla a nuestros días, por lo que en las propuestas fue posible ver parkas y chaquetas deportivas.
Las faldas en lana, lisas y estampadas terminaban por debajo de la rodilla, combinadas con altas botas de piel (con plataformas) y camisas masculinas sin planchar, un sello de Gvasalia.
La influencia de Vêtements quedó marcada por el diseñador, al utilizar un casting de modelos, algunas profesionales, otras de “street cast”, y en los diseños, la aparición de vestidos florales, muy vintage, y un look que parece decir “más es más”.
