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"Hermanas del valle": Las "monjas" californianas que cultivan marihuana para curar enfermos

No son religiosas, pero visten como tales. Y aseguran que su "misión espiritual" es ayudar a la gente a tratar enfermedades, a través de productos derivados del cannabis.

22 de Marzo de 2016 | 14:58 | Emol
Foto: 2/2 | Crédito: Facebook Sisters of the Valley
Las mujeres están tratando de evitar que a partir de mayo se prohíba en Merced el cultivo de marihuana para uso terapéutico.
SANTIAGO.- Hacer de la marihuana una industria de sanación en vez de una ligada a las drogas; esa es la intención de la “hermana Kate” (Christine Meeusen), una mujer que desde California, lucha contra las leyes que prohíben la venta de cannabis, con tal de lograr lo que ha llamado su “misión espiritual”: sanar enfermos.

Hace cerca de un año que Kate y la “hermana Darcy” cultivan marihuana, con la idea de ofrecerla como cannabis medicinal, es decir, libres de THC, el componente que “vuela”, y en formato de aceite y bálsamo, para tratar convulsiones, migrañas y otros dolores.

No hay que confundirse. Tanto Kate como la “hermana Darcy”, quien vive con ella en Merced (California), no son religiosas, pero utilizan el hábito como una forma de protesta, durante el “Occupy movement” de Estados Unidos, es decir, las protestas de “indignados” que comenzaron el año 2011 en ese país, debido a las desigualdades que se habían intensificado tras la crisis económica.

Fue en medio de las manifestaciones que el Congreso estadounidense había dicho que la pizza era un “vegetal” –a propósito de las discusiones acerca de la comida saludable para niños en los colegios-. “Si una pizza era un vegetal, yo iba a ser una monja. Así que me puse un disfraz y empecé a ir a las protestas y me hice llamar la ‘hermana indignada’”, comentó la “hermana Kate”.

Y hoy, pareciera que es el mismo hábito el que les ha servido para ganar publicidad para su “congregación”: “Las hermanas del valle”.

La marihuana como negocio


Christine Meeusen (55) volvió desde Amsterdam a EE.UU. el año 2008, en medio de una crisis económica a nivel mundial, con muy poco dinero en sus bolsillos, recién divorciada y con tres hijos. Fue su hermano el que la convenció de entrar al negocio del cannabis medicinal, luego de mostrarle cómo su sobrino lograba superar el complicado proceso de dejar la heroína, a través de la marihuana.

La idea era hacer todo de forma transparente, de modo que el negocio no se prestara para sospechas de venta de cannabis como droga de recreación, sino que solo como producto para ayudar a enfermos. Por eso, dejó de trabajar con su hermano, cuando lo sorprendió vendiendo en el mercado negro, lo que significó vivir de allegada y con lo mínimo durante 4 meses, hasta que decidió crear su “hermandad” de plantas medicinales. Esta funcionaba con total libertad hasta que en su ciudad se cuestionara el cultivo de la marihuana para uso medicinal. Por eso, hoy su lucha es evitar que a partir de mayo, Merced se convierta en una de las zonas de California en que se prohíba su comercialización.

La idea de utilizar la marihuana como medicina lleva años ganando fuerza en Chile, sobre todo, después de que el año pasado, el propio Ministerio de Salud aprobara el decreto 84, que permite prescribir recetas retenidas de cannabis y la Ley 20.000 contemplara su uso de forma medicinal.

De hecho, ya funcionan en el país consultas “cannábicas”, como la de la Fundación Latinoamérica Reforma, que utilizan la plata como tratamiento base para enfermedades.

¿Has utilizado el cannabis de manera terapéutica para tratar dolores y enfermedades? ¿Cómo ha sido tu experiencia?
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