SANTIAGO.- Son tres kilos los que en promedio suben los chilenos en cada celebración de Fiestas Patrias, y
algunos nutricionistas hablan de hasta 6. Choripanes, empanadas, antichuchos, chicha, terremotos y la siempre bienvenida piscola, parecen dejar su rastro en la báscula, y no por nada, las inscripciones al gimnasio suelen aumentar después de estas fechas. ¿Qué hacer para que el camino hacia el verano no parta tan complicado?
Sin duda, los casos de personas con fuerza de voluntad que se privan de las delicias del Dieciocho son pocos (si alguien opta por comer ensalada y tomar agua en plenas fiestas, por favor que comparta cómo lo hace). Lo más normal para los chilenos, según explica el doctor Pedro Barreda, especialista en nutrición, es que en Fiestas Patrias “nos damos permiso para no fijarnos en cuánto comemos y tomamos, ya que lo importante es pasarlo bien y salir de la rutina”.
Pero ante los consecuentes kilos y el exceso de alcohol, grasas saturadas y sal que el 18 puede traer consigo, los expertos llaman a un consumo inteligente. Es decir, disfrutar y darse ciertas licencias, pero tomar algunos resguardos, sobre todo, frente a la parrilla.
Para esto, nutricionistas como Katherine Larraguibel y el propio Barreda, entregaron algunos consejos:
La comida:
Las carnes de todo tipo son el alimento tradicional en gran parte del país. Por esto, Larraguibel recomienda en cuanto al vacuno, preferir los cortes más magros, como el abastero, asado carnicero o filete, en vez de lomo vetado o lomo liso.
En cuanto al pollo, la nutricionista -quien también trabaja como asesora en Herbalife- indica un dato no menor: este se debe comer sin el cuero, el que debe ser sacado antes de ser cocinado, porque, de lo contrario, la carne absorberá su grasa. Y tal como indica, si lo que se quiere es evitar tantas calorías pero no por eso comer algo desabrido, es mejor cocinarlos con harto aliño para que sea más sabroso.
Lamentablemente, el choripán queda vetado en esta lucha por celebrar sin subir tanto de peso. Debido a que los embutidos son muy altos en grasas saturadas, Larraguibel propone reemplazarlos por un buen antichucho con carnes magras y verduras.
Otro dato a tomar en cuenta es el aceite, ya que eliminando su uso nos podemos ahorrar varias calorías (120 por cucharada) que luego vamos a querer quemar en el gimnasio. “Si hace un pebre, no le agregue aceite. No lo va a echar de menos, pues es una preparación muy condimentada”, asegura la nutricionista.
Si bien el aceite el de oliva es más sano para la salud cardiovascular al oxidarse menos que el de maravilla, Larraguibel explicó que todos tienen las mismas calorías.
Los bebestibles, con o sin malicia
Demás está decir que el abuso del alcohol en estas fechas ha provocado que las cifras de accidentes automovilísticos sean preocupantes todos los años (
en 2015 hubo 511 y 32 fallecidos).
Por esto quienes no manejen y tengan la oportunidad de beber, pero al mismo tiempo les preocupa no subir mucho de peso, deben hacerlo con bastante moderación. “Los tragos tienen demasiadas calorías. Por ejemplo, un vaso de piscola tiene 200-300, y algunos no toman solo una o dos”, dijo Larraguibel.
Se estima que el terremoto aporta 369 calorías –solo el pipeño tiene 231-, un navegado, 150 kcal; y una copa de vino, 82 kcal, siendo quizás la opción más recomendable en cuanto a alcohol típico dieciochero.
“Las comidas que ingerimos en Fiestas Patrias nos producen mucha sed debido a su alto contenido de sodio y calorías. Sáciela con agua o bebidas light, ¡no con chicha! Ésta consúmala con moderación pues 100 ml contienen 300 calorías, es decir, un vaso promedio (200 ml) serían 600 calorías”, aseguró por su parte, el doctor Pedro Barreda.
Disfrutar y respetar el cuerpo
Celebrar de manera inteligente estas Fiestas Patrias implica no abusar de la parrilla. Es decir, si se compartió un buen asado a mediodía, sería bueno optar por una ensalada en la noche; no se trata de estar comiendo a destajo toda la jornada.
“Si nos vamos a salir de la dieta en el almuerzo y nos vamos a comer, por ejemplo, una empanada (500 kcal), es importante que en la tarde y en la noche las comidas sean hipocalóricas, como un lácteo descremado de once y en la cena, una taza de ensalada cruda con un huevo duro”, aconsejó Larraguibel.
