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Blog de padres: ¿No logras que tus hijos coman verduras? Prueba con estos consejos

Lo ideal es que el hábito de alimentarse de manera saludable sea inculcado desde temprana edad.

28 de Septiembre de 2016 | 15:20 | Por María Luisa Orellana
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El Mercurio (imagen referencial)
Muchas veces cuesta que los niños comiencen a comer verduras. Educarlos desde pequeños en el hábito de alimentarse de manera saludable, en ocasiones no es una tarea sencilla para los padres.

Si necesitas ayuda en este tema, a continuación te entrego algunas recomendaciones que pueden ser de utilidad para conseguir ese objetivo. ¡Toma nota!

1.- Comenzar a inculcar el hábito de consumo de verduras entre los 10 y 12 meses, entregando media ración de ensaladas frescas, blandas o cocidas y picadas, muy fino. Esta incorporación temprana favorece la aceptación de mayor variedad de alimentos y el desarrollo de costumbres saludables al respecto.

2.- Invitar a los niños a explorar con sus manos y boca las diversas texturas y olores de las verduras, esto con la intención de que las conozcan de manera activa. Cuando se puede compartir con ellos, darles los nombre y probarlos juntos. Esto puede implicar ensuciarse un poco y que al principio no haya ingesta, pero el valor está en el acercarse de manera natural a las verduras y su consumo.

3.- Ser pacientes. El rechazo a los nuevos alimentos es algo normal. Esta condición se denomina neofobia y se define como el temor a lo nuevo, lo que incluye nuevas texturas, sabores y olores de alimentos. Es una reacción instintiva de protección y sobrevivencia, y puede repetirse normalmente hasta en 10 oportunidades.

Frente a esto, las recomendaciones son ofrecer la verdura con cierta periodicidad y no retroceder ni asumir que es un alimento que no le gustó. Se debe instar al niño a probar la verdura sin obligarlo y manteniendo la calma. En este sentido, hay que tener en cuenta que los alimentos azucarados se aceptarán con mayor facilidad, mientras que habrá mayor dificultad en relación a los alimentos amargos, como las verduras verdes.

4.- Promover rutinas asociadas a acciones como poner la mesa o lavarse las manos, las cuales, al repetirse día a día, predisponen a la alimentación y favorecen su aceptación.

5.- Generar un contexto social positivo y respetuoso al momento de comer, reconociendo conductas positivas de manera moderada y eliminando retos o castigos por este motivo.

6.- Aprovechar la importancia de la imitación en el aprendizaje para favorecer el consumo de verduras. Esto implica que el niño vea a los miembros de su familia disfrutar de los alimentos que se consumen y así estará más interesado en probarlos.

7.- Evitar usar el postre como premio por consumir verduras, ya que esto puede aumentar el gusto por el "alimento recompensa", y disminuirlo por el "alimento cotidiano".

8.- Al introducir una nueva verdura, acompañarla de un alimento conocido, por ejemplo, leche o un alimento sólido que ya disfruta. Esto sin mezclar o enmascarar el alimento desconocido con otro, ya que puede generar desconfianza y rechazo general a los alimentos.

9.- Limitar el tiempo de comida a uno prudente, evitando mantener al niño comiendo por un período prolongado hasta que "se coma toda la verdura", esto para evitar una respuesta de angustia condicionada a la mala experiencia de "castigo frente al plato".

10.- Invitar a los niños a cultivar sus propias verduras en un huerto. Esto, además de desarrollar el sentido del compromiso y el cuidado, genera más significado en el niño, al ver crecer los alimentos que el mismo cultivó, para luego consumirlos.

11.- Presentar los vegetales en el plato en forma atractiva, utilizando combinaciones de colores y formas de organizarlos diversas, con una estética que "invite a probar".

María Luisa Orellana
, Educadora de Párvulos y Académica de la Pontificia Universidad Católica de Chile
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