SANTIAGO.- Entre tanta ola de calor que han sido la característica de este verano 2017, no es de extrañar que muchos quieran pasar gran parte del día en la piscina o dentro del mar. Sin embargo, no siempre se está consciente de los daños que el agua contaminada y no secarse adecuadamente, pueden significar para el oído. Si a eso se le suma un viaje de vacaciones en avión, el cambio de presión puede traer otras complicaciones haciendo de esta, una experiencia muy poco placentera.
"El conducto auditivo es muy sensible, y un órgano que se debe cuidar para evitar problemas de falta de audición", asegura José Miguel Plandiura, otorrinolaringólogo de Centros Médicos Vidaintegra.
En este sentido, el especialista señala que "la humedad y las altas temperaturas facilitan la propagación de bacterias y gérmenes infecciosos, que pueden producir una otitis". Y aunque esta afección pueda sonar algo cotidiano para algunos, si no es bien cuidada puede tener como consecuencia la pérdida de capacidad auditiva.
Plandiura dice que en esta temporada de piscinas y playas es importante saber que bañarse en aguas contaminadas y no secarse bien los oídos, puede ser sinónimo de infecciones. Y en el caso de los que viajan en avión en vacaciones, también se debe tener cuidado con los cambios de presión, sobre todo quienes padecen de otitis o suelen sufrir molestias y dolores durante el vuelo.
Si bien el otorrino explica que son pocas las personas que pueden desarrollar problemas óticos al momento de volar, existen algunas que tienen "trompas de Eustaquio que no funcionan bien" y en estos casos generalmente puede presentarse dolor, inflamación e incluso una ruptura timpánica. Cabe señalar que estas trompas son las encargada de proteger al tímpano de los cambios de presión y ventilar el oído.
Por un verano sin problemas
Para evitar posibles daños a la cavidad auditiva al bañarse en la piscina o la playa, el especialista recomienda el uso de tapones óticos para evitar el acceso de agua al oído. Y en el caso de que estos no sean utilizados, aconseja secar bien los oídos, ladeando la cabeza y presionando la parte de atrás del lóbulo.
El otorrino también dice que es importante no sumergirse en el agua si se está padeciendo una otitis, ya que la presión que esta genera en el conducto auditivo puede hacer que se perfore el tímpano. En este caso recomienda meterse luego de siete días después de haber terminado el tratamiento con antibióticos.
Por otro lado, hay que evitar bañarse en aguas que puedan estar contaminadas, debido a que pueden contener bacterias y gérmenes que dañen los oídos.
En el caso de hacer un viaje en avión y para evitar el daño que pueden causar los cambios de presión, sugiere a las personas sin problemas al oído que mastiquen chicle o realicen la maniobra de Valsalva diez minutos antes del despegue o del aterrizaje. Esta técnica consiste en tapar la boca junto con la nariz y soplar como si se estuviera inflando un globo. El especialista explica que esto hace que se abran las trompas de Eustaquio y se ventile el oído.
Y en las personas que constantemente tienen problemas y molestias al oído al momento de viajar, aconseja el uso de ciertos inhaladores que deben ser necesariamente prescritos por un doctor.
Para personas que están padeciendo una otitis aguda que compromete el tímpano, lo ideal es que antes de abordar el avión tomen un descongestionante. "Eso hace que se abra la trompa y fisiológicamente existan, menos probabilidades de tener problemas", explica el otorrino.
Pero para evitar cualquier complicación, si se sospecha de una infección o una molestia, se debe acudir inmediatamente a un especialista; el oído es muy delicado y debe ser tratado con precaución.
No es recomendable el uso de cotonitos
Según el especialista, los cotonitos pueden producir dos problemas. El primero es que al usarlo, se genera una compresión del cerumen contra la pared del conducto auditivo, lo que produce un tamponamiento. Y el segundo, sucede en el caso de las personas que los utilizan de forma excesiva, donde "ellos mismos rompen el conducto externo o lo erosionan, provocándose una otitis externa".
Para limpiar el oído, Plandiura dice que basta con una toallita húmeda por fuera.
"El oído expulsa el cerumen cada cierto tiempo, por lo que es innecesario introducir cualquier tipo objetos pequeños, y si la persona produce exceso de cera, lo ideal es que se realicen un lavado de oído con un especialista al menos una vez al año, idealmente al comienzo del año", idealmente antes del verano, "porque el agua contribuye a tapar el conducto auditivo", afirma.