SANTIAGO.- Cincuenta mil cuatrocientas treinta y un firmas fueron las que reunió Jess Smith para salvar a su perro Buddy, un pitbull que estaba en la mira de las autoridades de Maoma (Nueva de Gales, Australia), tras un trágico.
El pasado 2 de marzo, se cree que una mujer de 27 años llevó a sus dos hijos, de 5 y 9 años, al río Murray para ahogarlos. El mayor de ellos logró escapar y corrió a la orilla, momento en el que varios medios australianos informan que habría sido mordido por Buddy.
Tras esto, el perro atacó a la mujer. Pero el menor de los niños ya había sido llevado por la corriente.
Al momento de llegar la policía, el niño de 9 años fue llevado a un hospital para ser tratado por las mordeduras, la mujer fue arrestada y Buddy fue capturado para evaluar su eventual sacrificio, al considerarlo un perro peligroso.
De inmediato, sus dueños comenzaron a pedir a las autoridades que liberaran al animal, mientras comenzaban una campaña en internet para reunir firmas y presionar a los encargados para que Buddy volviera a su casa.
Según señalaron en la petición virtual, el perro mordió al niño que sobrevivió, únicamente como un intento desesperado por salvarlo con la única herramienta que tenía, su hocico. “Buddy no tiene un historial de ser peligroso y jamás ha mordido a alguien (…) Es un miembro de nuestra familia y ha vivido entre niños todo el tiempo. Es el perro más dulce que hay”, escribieron.
Paralelamente, se daban a conocer algunos antecedentes de la mujer, cuyo nombre no ha sido revelado por temas legales.
"Me queda un nieto gracias a que este valiente perro hizo lo correcto"
El cuerpo del menor de los hermanos fue encontrado el sábado en el río Murray, por lo que a la mujer se le acusa de asesinato e intento de asesinato. Según la policía, no presentaba indicios de haber sido mordido.
“Yo tenía un perro similar y sé que (Buddy) estaba tratando de salvar a los niños. Es su naturaleza cuando han sido criados con niños”, dijo el propio abuelo materno de los hermanos al The Courier Mail. “Dejen que a decidamos los afectados. Me queda un nieto gracias a que este valiente perro hizo lo correcto”.
Los menores habían estado viviendo solo con sus abuelos durante 18 meses, mientras la madre cumplía una condena en la cárcel por delitos como agresión, saliendo en libertad en febrero pasado.
Tal como informó el medio australiano News.com.au, desde mayo de 2016, la mujer tenía prohibido acercarse a la casa de sus padres, si no llevaba antes 24 horas sin consumir alcohol o drogas, ya que padece una adicción a la metanfetamina, y existían registros de agresividad hacia su madre. Con todo, dichas medidas no le impedían vivir en la casa familiar.
El miércoles 1 de marzo, un día antes de la tragedia, se llevó a los menores de la casa, por lo que la abuela de los niños alega que el Estado no tomó las medidas apropiadas para evitar este desenlace.
Las investigaciones siguen su curso, mientras la mujer asegura que sería incapaz de dañar a sus hijos, pero que no sabe qué pasó ese fatídico día, tal como indicó su abogado, Peter Hebbard.
Por su parte, Buddy está ya en su casa. Tras las peticiones en internet y conocerse masivamente su caso, la policía de Nueva de Gales aseguró que no correspondía sacrificarlo, ya que habría tratado de salvar a los menores como pudo.
