SANTIAGO.- “Mi ex también me dejo así un ojo, mi cara mal. Para mí era súper fome ir así por la calle y que la gente me preguntara el por qué, pero tuve la valentía de funarlo por Facebook”. Este es uno de los más de 4 mil mensajes que acompañan la denuncia pública que Valentina Henríquez hizo antes de ayer contra el hoy ex vocalista de Los Tetas, Camilo Castaldi.
Entre la gran cantidad de muestras de apoyo hacia Henríquez, algunas voces femeninas se alzaron para contar que también sufrieron la violencia de género y de paso, hacer saber a muchas que callan lo que viven, que no están solas.
“Me pongo completamente en tu lugar”, agregaba en el comentario la misma usuaria. “Es re complicado denunciar y hacer conocer estos hechos”.
Otra mujer señaló: “Yo sé bien lo que es estar con una pareja abusiva. Nos disminuyen, dicen que no lograremos nada mejor, amenazan cuando decimos que queremos poner fin a la relación (…) y nos persiguen hasta que logran su objetivo de dejarnos destruidas”.
Para Mariana Madariaga, directora de la ONG Parejas sin Violencia (@SViolencia), testimonios como los de Henríquez son una invitación a que más víctimas de violencia física y psicológica se atrevan a denunciar o al menos, se replanteen el tipo de relación que están teniendo.
“El relato de Valentina es bastante completo. Ahí vemos la escalada de la violencia, desde los primeros síntomas hasta las golpizas reiteradas dos veces por semana”, explica. “Entonces, al leer eso, una mujer pude darse cuenta de que va por el mismo camino. Quizás aún no recibe un golpe, pero ya está inserta en la escalada de violencia”.
Tal como señala Madariaga, la publicación hecha por Henríquez permite comprender varios signos típicos de la violencia en la pareja; desde considerar como normal que las discusiones terminen en golpes hasta justificar constantemente al agresor por su comportamiento (vinculando erróneamente este a las drogas y el alcohol, o que fue gatillado por culpa de la propia víctima).
“Sobre todo las mujeres, entre los 14 y 30 años no tienen claridad de lo que es la violencia psicológica, y no se dan cuenta de lo que es una relación violenta hasta que llega el primer golpe. ¡Cuántas pueden estar viviendo cosas similares a las de Valentina!”, dijo Madariaga, agregando que según las cifras, tres mujeres mueren al año “en el contexto de un pololeo”.
Para la directora de Parejas sin Violencia, las denuncias como esta no solo ayudan a que más mujeres abran sus ojos o se atrevan a hablar. También permiten que las víctimas se rodeen con una red de apoyo que hace de contención posterior; es decir, justo cuando vienen cuestionamientos como “en verdad él no es tan malo”, “le voy a arruinar la vida haciendo que enfrente la justicia”, etc., pensamientos que luego hacen que las víctimas se retracten de sus dichos y los agresores queden impunes.
“Qué bueno que se hayan levantado voces ahora. Lo peor que te puede pasar es que no te crean. Finalmente, la justicia dirá quién tiene la razón, pero lo peor que te puede pasar es que no te crean cuando eres la víctima”, concluyó Madariaga.