SANTIAGO.- “Lo siento, señores. Tenemos una política de no disfraces ni despedidas de soltero”, les dijo el portero de un bar a siete seminaristas británicos que se disponían a ingresar para celebrar la ordenación sacerdotal de uno de ellos.
El hecho ocurrió la semana pasada en Cardiff (Reino Unido), donde el padre Michael Doyle acudió con otros siete compañeros al pub City Arms, para celebrar que uno de ellos, Peter McLaren, había recibido su orden en la catedral metropolitana de la ciudad.
Pero ninguno de los entusiasmados hombres contó que con ir vestidos con su sotana, alguien pensaría que iban disfrazados o mucho menos que creyeran que se trataba de un grupo de amigos celebrando la despedida de soltero de uno de ellos.
Sin ánimos de armar un mayor alboroto, los religiosos se disponían a abandonar el lugar, cuando el gerente del local apareció para preguntarles si eran realmente sacerdotes.
Tras comprobar que se trataba de clientes religiosos, los siete hombres fueron invitados a ingresar al pub, donde fueron recibidos entre aplausos y se les invitó una ronda gratis.
"No es algo de todos los días que un grupo de curas beban en tu bar, serán bienvenidos siempre que quieran volver", añadió en tono de anécdota el gerente a The Telegraph, uno de los tantos medios británicos que informó de este curioso hecho.
Y a través de su cuenta de Twitter, desde el pub han querido mostrar que todo quedó bien con el grupo de religiosos, subiendo imágenes de dos de ellos, mientras uno disfruta de una de las cervezas del local: