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Susana Roccatagliata publica en inglés libro sobre la muerte de su hijo: "Es otro regalo más de mi Francisco"

Desde el pasado 10 de octubre, "A Child Cannot Die" ("Un hijo no puede morir") está disponible como e-book en Amazon. "Era como una deuda pendiente", afirma la periodista sobre la traducción del texto que lanzó en 2000.

19 de Octubre de 2018 | 12:02 | Por M. Francisca Prieto, Emol
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El Mercurio (archivo) / Captura Amazon
SANTIAGO.- El pasado 9 de octubre, Francisco Reich hubiera cumplido 37 años. El hijo de la periodista Susana Roccatagliata falleció el 29 de septiembre de 1986, producto de una reacción alérgica a un líquido de contraste que le fue inyectado cuando iba a ser sometido a una mielografía por una cojera que presentaba. Fue un error médico.

"Han pasado 32 años desde que murió", dice Susana en conversación con Emol. "Uno piensa que con el tiempo las heridas cierran, que ya no sangran, pero ahí está el dolor igual. Una mamá se muere con eso, el dolor de perder un hijo no es algo que se pasa con un remedio", agrega.

La periodista ítalo-chilena reconoce que este último aniversario fue especialmente difícil para ella, aunque afirma que desconoce la razón. "Este año me afectó bastante, seguramente a veces una está más sensible, no lo sé", comenta. Por esto, decidió que ese día tenía que ser especial y pensó "tengo que hacerle un regalo". Entonces tomó un disco que tenía guardado hace muchos años -unos 17 aproximadamente- y envió su contenido a Amazon. Allí estaba su libro "Un hijo no puede morir" traducido al inglés.

"Me contestaron de Amazon que 72 horas o hasta una semana podían demorarse en decidir si publicar o no el libro. ¡Cómo sería mi sorpresa que el día 10 se publicó!", cuenta emocionada Susana.

"Esto es un regalo de mi niño, otro regalo más de mi Francisco", asegura.

En tres idiomas


La periodista lanzó "Un hijo no puede morir" en octubre de 2000, un libro testimonial cuyo objetivo es ayudar a otros padres que enfrentan el duelo de perder a un hijo. Fue récord de ventas en Chile y best seller en México.

En medio del éxito de la publicación, una tía de Susana que vivía en Canadá y había trabajado como traductora para Naciones Unidas, la llamó para decirle que le tenía un regalo. "Te tradujimos el libro al inglés con tus dos primos", le dijo.

"Yo me emocioné", recuerda Susana, aunque afirma que en ese momento no supo qué hacer, porque a la versión en español le estaba yendo muy bien, así que decidió guardarlo.

"Pasó el tiempo, yo empecé a viajar con mi libro y pasaron también cosas muy lindas", señala la periodista, recordando por ejemplo que en 2003, específicamente el 8 de diciembre cuando el mundo católico celebra la fiesta de la Inmaculada Concepción, el entonces Papa Juan Pablo II recomendó "Un hijo no puede morir" -que había sido traducido al italiano- como un regalo de Navidad con sentido.

"Me puse a llorar y pensé: 'Lo más alto que podía llegar el libro era que fuera leído por el Papa'. Además Francisco me estaba diciendo: 'Mamá, papá, hermanos, Feliz Navidad, este es mi regalo para ustedes'", afirma.

Susana además recuerda que más recientemente, también vivió una particular experiencia relacionada con su libro durante un viaje a la localidad italiana de Lecce. Allí entró a una joyería que estaba ubicada frente a su hotel, para preguntar el precio de algunas cosas que le llamaron la atención en la vitrina.

"La mujer que me atendió fue súper amable e incluso me preguntó dónde estaba alojando. Yo me iba al otro día de esa ciudad y a la mañana siguiente, cuando estaba esperando salir del hotel, llegó la misma mujer y me dijo: 'Te quiero invitar un café'".

Susana accedió, estuvieron 10 minutos conversando e intercambiaron teléfonos. Dos días después recibió un mensaje de la mujer, que decía: "Esta es la razón por la cual yo te invité un café (...) Este es nuestro libro de cabecera (...) Mi invitación fue un agradecimiento porque me ayudaste mucho". El texto iba acompañado de una imagen de la mujer y sus tres hermanas, sosteniendo su libro en italiano.

"Pensar que está en tres idiomas, no es menor. Lo encuentro increíble, realmente es un regalo muy grande, era como una deuda pendiente conmigo y con mi tía, que está en el cielo. Estoy súper feliz, estoy agradecida, muy agradecida de todo", dice Susana.

La periodista agrega que con la traducción, el abanico de personas a las que puede ayudar se abre enormemente. "Ahora lo puede leer una persona que está en Australia, en Sudáfrica, en Estados Unidos o en Canadá. Ese es el aporte", sostiene.

El volantín amarillo



"A Child Cannot Die" mantiene en su tapa la imagen del volantín amarillo, muy distintiva del libro cuando fue publicado en español. "Es muy importante, no es un dibujito que a mí se me ocurrió", destaca la periodista, y explica la razón.

"Mi hijo estaba en pre-kínder, y solo sabía escribir F y R, sus iniciales. En clases la profesora les dijo a los niños que hicieran un dibujo, y él hizo un volantín y lo pintó de amarillo. La profesora se acercó a cada uno de los niños y les preguntó qué querían ponerle a sus dibujos, porque se los iban a regalar a los papás. Entonces Francisco le dijo que le quería dar el volantín a su mamá y le pidió que escribiera: 'Mamá, este soy yo, siempre te estoy mirando'", cuenta Susana.

La periodista no supo de la existencia del dibujo hasta un mes y medio después de la muerte de Francisco, cuando su profesora fue a visitarla a la casa. "Dejé pasar un tiempo porque la verdad no me atrevía a entregarte esto, este dibujo", recuerda Susana que le dijo, y agregó: "Esta frase no la inventé yo. Cuando él me la dijo, yo me impresioné que un niño tan chico, de 5 años, me dijera eso. Pero, si esto te sirve de consuelo, nadie muere por casualidad".

"Me ayudó la frase, me ayudó el dibujo", asegura la periodista, quien para terminar envía un mensaje a los padres que han perdido a un hijo:

"El duelo es un trabajo en el cual nosotros tenemos que caminar. Quisiera decirles que se cuiden mucho a sí mismos durante el proceso y que honren a ese hijo que fue a través del duelo, sin herirse, sin dañar a otros. Que amen a todos los que nos rodean, a los que están a su alrededor, aunque tengan el corazón quebrado o roto en mil pedazos. Y que vivir la vida es posible a pesar de este dolor, dignificando a ese ser querido que se fue. Entender que nosotros nos vamos a ver obligados a caminar en este pozo profundo, pero hagamos que la vida de ese hijo cuente".

* El 6 de noviembre próximo, Susana Roccatagliata ofrecerá una charla en el Hospital de Talca. Quienes estén interesados en asistir, pueden consultar en la unidad de oncología del recinto.
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