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SANTIAGO.- Ayer era un día importante para Gavin Newsom, el flamante nuevo gobernador de California. Quien fuera alcalde de San Francisco entre 2004 y 2011, juró en su nuevo cargo en una formal ceremonia en Sacramento y ofreció su primer discurso.
Fue precisamente en el momento en que se dirigía a los presentes, cuando sufrió una inesperada interrupción. Algo adormilado, Dutch, el hijo de dos años del nuevo gobernador, subió al escenario donde estaba su padre para que lo tomara en brazos. El pequeño lucía un chupete en su boca y llevaba un "tuto" en su mano derecha.
"Ahora, más que nunca, nosotros los californianos sabemos cuánto importa la casa y cuánto importan los niños", dijo Newsom mientras alzaba al pequeño Dutch y el público rompía en carcajadas.
Y claro, el niño había hecho varios intentos anteriores por captar la atención de su padre. Dutch había subido al escenario al menos en dos ocasiones previas, y tanto su madre como uno de sus hermanos hicieron intentos por hacerlo bajar.
Según muestran las imágenes difundidas por los medios locales, cuando el gobernador lo tomó en brazos, lo besó y Dutch se acurrucó en su hombro, mientras Newsom continuaba con su discurso.
"En nuestro hogar, cada niño debe ser amado, alimentado y seguro. Mi esposa Jennifer y yo tenemos cuatro niños, y no hay nada más importante que darles una vida buena y feliz", agregó.
El gobernador demócrata también señaló que todos los niños, sin importar su condición económica o estatus de inmigración, merecen una vida buena en California y no deben ser "arrebatados de sus padres en la frontera".
