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Reutilización de aguas regeneradas: Una alternativa real para que Chile enfrente la escasez hídrica

Las biofactorías tratan el agua residual de Santiago y generan durante el proceso recursos como electricidad, gas natural, biosólidos y agua limpia para la ciudad. La solución busca ser una opción real frente al cambio climático y fue premiada por la ONU en la COP24.

05 de Junio de 2020 | 08:01 | Por Camila Mardones
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Aguas Andinas
A fines de los años noventa, las aguas servidas de Santiago eran descargadas en los cauces naturales sin tratar. Esto tenía un impacto en la calidad de vida de sus habitantes, provocando que espacios tan significativos para la ciudad, como el Río Mapocho o el Zanjón de la Aguada, fueran conocidos por su mal olor y por arrastrar todo tipo de desechos en su cauce.

La situación significaba un peligro. Por un lado, el consumo de verduras y hortalizas regadas con aguas servidas era foco constante de enfermedades digestivas, pero además la ciudad era vulnerable a grandes inundaciones debido al mal mantenimiento de los cauces.

Fue así como Aguas Andinas planificó y desarrolló un proyecto para hacer de Santiago la primera capital de América Latina en contar con 100% de cobertura de agua potable, alcantarillado y tratamiento de aguas residuales. Este trabajo implicó la clausura de más de 20 descargas de aguas servidas en distintos puntos de la ciudad, además de la construcción de las plantas de tratamiento El Trebal, La Farfana, Mapocho, entre otras en la región.

Los esfuerzos lograron que en un corto periodo cambiara totalmente la cara de la ciudad. Las personas recobraron nuevos espacios y pudieron realizar actividades que antes eran imposibles. Entre estos proyectos destaca Mapocho Urbano Limpio y el Parque Inundable Intercomunal Víctor Jara, el antiguo Zanjón de la Aguada.

Hoy la Región Metropolitana se enfrenta a un nuevo desafío que crece cada día producto del cambio climático. La escasez hídrica ha alcanzado niveles históricos en los últimos años y no solo amenaza el ecosistema, sino también la calidad de vida de sus habitantes. Frente a eso, nuevamente la innovación está jugando un rol importante y una opción que ha resultado exitosa en distintos países, y que en Chile ha ido tomando fuerza, es el reúso de aguas regeneradas.

Biofactorías: Fomentando la economía circular

Con el objetivo de optimizar los recursos y potenciar la economía circular, desde 2017, Aguas Andinas comenzó a transformar sus plantas de tratamiento de aguas servidas de Santiago en Biofactorías. El objetivo es que, en lugar de solo tratar las aguas residuales, estas se transformen en recursos valiosos, reduciendo los residuos que impactan al medio ambiente y también el consumo de energía de origen fósil, ya que producen su propia energía.

En las biofactorías se generan subproductos como electricidad, gas natural, biosólidos y agua limpia para la ciudad. Jonás De Miguel, director de Estrategia de Aguas Andinas, señala que desde el punto de vista medioambiental "la reutilización de aguas regeneradas es economía circular en su máximo esplendor: no sólo se devuelven las aguas a su origen, sino también permite generar nuevos recursos". Además, "al reusar el agua de las biofactorías no se reduce el caudal de los ríos, ya que sustituimos otras fuentes hídricas. Se trata de ajustar cada calidad de agua a un uso diferente", explica.

A través de sus biofactorías, solo en 2019, Aguas Andinas logró reintegrar 503.079.941 m3 de agua tratada al medio natural y canales de regadío. Además, se produjeron 285.505 toneladas de biosólidos, de los cuales un 76% fue destinado para reúso en suelos agrícolas, se generaron 50.830 MWh para el autoconsumo de energía eléctrica y 184.487 MMBTU de biometano, los que fueron inyectados a la red de gas natural.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) premió las biofactorias durante la COP24, reconociendo su aporte a la lucha contra el cambio climático y a la salud planetaria. "Esto no solamente nos llena de orgullo, sino que efectivamente creemos que es un ejemplo para que otros países conviertan sus desechos en otros elementos útiles tanto para su funcionamiento, como para el medioambiente", señaló el director de Estrategia de la empresa.

Actualmente, el próximo desafío es buscar nuevas opciones para la reutilización del agua regenerada. En ese punto destacan países como Singapur, España y California en Estados Unidos, en los que el tratamiento de estos recursos permite que el agua regenerada sea incluso apta para beber. "Queremos seguir el ejemplo de países que han ido aún más allá (…) Esta no sólo es una opción real, segura y sustentable, sino que se volverá necesaria dado el cambio climático y la consecuente escasez hídrica, que nos obliga a buscar nuevas fuentes hídricas", aseguró De Miguel. "Se trata de agua limpia que luego de diferentes tratamientos resulta óptima, incluso, para el consumo humano", añadió.

En el caso de Chile, la reutilización de aguas regeneradas permitiría contar con alrededor de 600.000 millones de litros de agua que provienen de las biofactorías, y que hoy son reintegradas a los cauces y utilizadas, por ejemplo, para riego. "Ante los desafíos que hoy nos impone el Cambio Climático, la industria sanitaria una vez más debe jugar un rol fundamental para contar con ciudades cada vez más sustentables y resilientes. Si fuimos pioneros en los noventa, también podemos conseguirlo ahora", concluyó el director de estrategia.
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