"El fenómeno denominado 'pink education' tiene numerosas consecuencias económicas y sociales", advierte la institución, cercana al primer ministro Viktor Orban.
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El Tribunal de Cuentas de Hungría publicó un estudio para alertar de los riesgos que –a su juicio– conlleva una educación "femenina" en el país, advirtiendo que podría perjudicar el desarrollo de los chicos e imponer desafíos demográficos.
"El fenómeno denominado 'pink education' tiene numerosas consecuencias económicas y sociales", afirma la institución, que es cercana al primer ministro nacionalista Viktor Orban.
De acuerdo al análisis de la entidad, "si la educación favorece los rasgos femeninos", como "la madurez emocional y social", y "provoca una sobrerrepresentación de las mujeres en la universidad; la igualdad (de sexos) se verá significativamente debilitada".
Según plantea, los hombres más proclives a correr riesgos y emprender no podrán encontrar su plenitud, situación que probablemente "provocará problemas mentales y de conducta". Ello cuando sus cualidades de creatividad e innovación son "necesarias para el desarrollo óptimo de la economía".
Asimismo, alerta contra los "problemas demográficos" que podría acarrear la educación universitaria de las mujeres, ya que las graduadas podrían tener problemas para encontrar un compañero de igual estatus, "lo que podría conducir a una caída de la fecundidad".
El primer ministro Víctor Orban, que desde su regreso al poder ha promovido una "revolución conservadora", prometió promover la natalidad y atacar la migración.
En 2019, el Consejo de Europa lamentó que haya "una regresión de la igualdad de género en Hungría", señalando como ejemplo la baja representación femenina en la política.
Aunque recientemente el país haya investido como Presidenta de la República a una mujer, Katalin Novak, en el gobierno húngaro solo hay una mujer ministra y se sitúa en el antepenúltimo lugar de la Unión Europea por número de diputadas (con el 12,6%), solo por delante de Malta.
