La madre de Luis Rubiales, Ángeles Béjar, se encerró en una iglesia y se declaró en huelga de hambre hasta que se encuentre una solución a la "cacería" contra su hijo.
EFE
A más de una semana de que estallara la polémica por el beso en la boca que le plantó el presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, a la futbolista Jenni Hermoso, durante la ceremonia de entrega de medallas en el Mundial, continúan las repercusiones.
Luego de que este sábado el dirigente fuera suspendido temporalmente de su cargo, su madre, Ángeles Béjar, se encerró la mañana de este lunes en la iglesia de la Divina Pastora de Motril y se declaró en huelga de hambre hasta que se encuentre una solución a la "cacería inhumana y sangrienta que" –afirma– "están haciendo con mi hijo con algo que no se merece".
La huelga de hambre se hará "de manera indefinida, día y noche" hasta que se haga justicia con su hijo, según declaró la madre de Rubiales a EFE.
La mujer, que se quedó en el interior de la parroquia junto a su hermana, le pidió a Jenni Hermoso que "diga la verdad" y "mantenga la versión que tuvo al principio de los hechos".
Según la madre, no existe abuso sexual "al existir consentimiento por ambas partes, como queda demostrado en las imágenes", y se pregunta "por qué se están ensañando con él" y qué "hay detrás de toda esta historia", ya que su hijo "es incapaz de hacerle daño a nadie".
También pide comprensión a todo el mundo pues advierte que esta situación le puede ocurrir a cualquier persona.
