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Las islas paradisíacas que Jeffrey Epstein convirtió en un infierno tienen un nuevo dueño: Busca borrar su terrible pasado

Tras el suicidio del empresario, el sitio se puso a la venta, pero no recibió ofertas por mucho que le bajaran el precio. Finalmente, fue adquirida por Stephen Deckoff, que pagó la mitad del precio que se había pedido en un principio y pretende construir un complejo turístico.

04 de Enero de 2024 | 17:57 | La Nación/ GDA Editado por Sofía Cereceda, Emol.
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La mansión de Jeffrey Epstein.

Captura de Instagram
La isla "Little Saint James" es un punto diminuto en la inmensidad del Océano Atlántico. Tiene 0,32 kilómetros cuadrados de superficie y está en el Caribe, a 150 kilómetros al este de Puerto Rico, y forma parte del archipiélago de las Islas Vírgenes Estadounidenses.

Se trata de un paraíso natural, un territorio de otro mundo, pero se transformó en un lugar infernal porque hasta ahí desplegó a Jeffrey Epstein su red de prostitución infantil.

Sin embargo, tras el suicidio del empresario, el sitio se puso a la venta, pero no recibió ofertas. Por mucho que le bajaran el precio, nadie quería comprar ese lugar. Hasta que finalmente, en mayo de este año, fue adquirido por el multimillonario Stephen Deckoff, que pagó por la propiedad de Epstein en Islas Vírgenes la mitad del precio que se había pedido en un principio . Ahora, este inversor piensa instalar allí un complejo turístico para borrar su horroroso pasado.

Jeffrey Epstein hizo una obra monumental


En 1988 el dueño de la isla, Arch Cummins decidió ofrecerla en el mercado. La puso en venta por 10 millones de dólares. La vendió a una empresa fantasma llamada LSJ LLC, por un poco menos: 7,95 millones de dólares. Los documentos de compra señalaban que el propietario de esa compañía era un tal Jeffrey Epstein.

En pocos años, el nuevo propietario transformó la isla. Removió toda la maleza y la reemplazó con 40 palmeras. Su obra fue monumental. Llegó máquinas y obreros desde Estados Unidos. Pagó por sus boletos de avión y por sus estadías durante todo el tiempo que durará cada construcción.

En pocos meses, el valor del inmueble se disparó. La escena de la isla había cambiado: ahora había una mansión enorme, rodeada de piscinas, muelles, casas de playa y cabañas para huéspedes. También había helicópteros y yates lujosos.

Los vecinos de Saint Thomas nunca habían convivido con tanta excentricidad. Veían los lujos de Epstein y no sabían si admirarle o temerle. Y eso que habían visto poco.

Piscina principal de la casa de Epstein. Crédito: La Nación/GDA

Los invitados: En su mayoría mujeres atractivas y menores de edad


Los siguientes meses comenzaron a llegar invitados. Fue Stephen Hawking, por ejemplo. También el premio Nobel Lawrence Krauss, el comediante Chris Tucker, el actor Kevin Spacey, la modelo Naomi Campbell y el príncipe Andrés del Reino Unido, entre otros.

El ritual siempre era el mismo. Los huéspedes aterrizaron en Saint Thomas, hicieron el trámite de aduanas y luego se trasladaron a la mansión de Epstein en helicóptero. Allí se hospedaban durante días, a veces semanas.

Pero empezaron a aparecer banderas rojas. Muchos testigos recuerdan que, entre las decenas de invitados, siempre había mujeres que llegaban de distintos países. Eran atractivas e iban bien vestidas. Y, lo que más sospechas generaba es que muchos parecían menores de edad. Sin embargo, su presencia se camuflaba entre tanta gente y lujo. Sin embargo, nadie imaginaba lo que realmente sucedía allí.

Parte de la isla del multimillonario. Crédito: La Nación/GDA

Pero como ya se conoce, Epstein sometía a la prostitución a menores de edad, fue acusado por decenas de personas por tráfico sexual , por organizar encuentros sexuales con menores, junto a políticos, académicos y otros hombres poderosos.

El acusado se refugió durante largos períodos en Little Saint James . Y en 2016 compró la isla vecina, Great Saint James , que tenía casi el doble de tamaño. Un residente de Saint Thomas recordó para Associated Press que el inversionista "no era bien visto", ya que "la gente pensaba que era demasiado rico como para ser vigilado de forma adecuada".

Las dos islas que compraron el multimillonario. Crédito: La Nación/GDA

Eventualmente, la presión de todas las acusaciones fue demasiado grande. Las investigaciones avanzaron y, en julio de 2019, el millonario fue arrestado nuevamente. Fue ingresado en el Correccional de Manhattan, donde apenas duró 1 mes. ya que se suicidó en agosto de 2019, mientras guardaba por su condena.

Nuevo dueño quiere cambiar la cara de "las islas del pecado"


Hoy, esas islas paradisíacas, de mar turquesa y arenas blancas, son llamadas "las islas de las orgías", "las islas del pecado", "las islas de la pedofilia".

Sin embargo, luego de que muriera Epstein, el territorio fue solicitado tanto por el gobierno de las Islas Vírgenes, para iniciar una investigación, y por las albaceas del multimillonario, que buscaban que el gobierno les permitiera vender los todos los activos para establecer un fondo de ayuda para las víctimas de agresión sexual.

No obstante
, las dos islas fueron puestas a la venta en marzo de 2022. Bespoke, la inmobiliaria que las ofrecía en el mercado, pretendió liquidarlas las dos juntas a un precio de 125 millones de dólares. Pero pasaron los meses y nadie parecía estar interesado.

En junio de 2022, Bespoke propuso ofrecerlas por separado y con un descuento: al precio de 55 millones de dólares cada una. La inmobiliaria no sabía qué hacer para sacarlas de las manos, pero el lugar se llenaba de Youtubers y Tiktokers curiosos. Todas las querían conocer. Pero nadie las quiere comprar.

Finalmente, en mayo de 2023, el multimillonario estadounidense Stephen Deckoff compró ambas islas que le pertenecieron a Epstein. Por ellas pagaron unos 60 millones de dólares , menos de la mitad de la que había sido la oferta habitual presentada por la inmobiliaria Bespoke.

El magnate anunció, a través de un comunicado de prensa, que en Great Saint James o Little Saint James -el comunicado no especifica- piensa construir un resort de lujo con unas 25 habitaciones. De este modo, busca cambiar por completo la cara de un sitio que hasta hoy está relacionado con una historia aberrante que aún hoy se encuentra bajo la mira de la justicia.

Sin embargo, Deckoff ya está enfocado en el proceso de contratar arquitectos e ingenieros para trabajar en el desarrollo del resort, que espera poder abrir en 2025.
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