El técnico de la selección masculina de fútbol, Luis de la Fuente, a su llegada para testificar en el juicio que se sigue en la Audiencia Nacional al expresidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales.
EFE
El seleccionador español de fútbol, Luis de la Fuente, negó este martes que participara en la reunión de crisis celebrada en el despacho del que era presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, después del beso que éste dio a la futbolista Jenni Hermoso tras la final del Mundial en 2023.
El entrenador declaró hoy como testigo en el segundo día del juicio que se celebra en la Audiencia Nacional española contra Rubiales, acusado de los delitos de agresión sexual y coacciones a Hermoso, en relación al beso que le dio tras la final del Mundial de 2023 y que ella asegura que no consintió, y por lo que afronta una petición de dos años y medio de cárcel.
De la Fuente, nombrado seleccionador de la Roja masculina bajo el mandato de Rubiales (2018-2023),
formaba parte de la delegación que acudió el 20 de agosto de 2023 a Sídney para la final del Mundial femenino, que ganó España.
Fue en la ceremonia de imposición de medallas cuando Rubiales dio un beso en la boca no consentido a la número 10, un gesto que rápidamente se volvió viral y provocó indignación tanto en España como a nivel internacional.
De la Fuente, recién renovado al frente del combinado masculino, rechazó que el 23 de agosto de 2023 estuviera en esa reunión, tal como ayer le ubicó la responsable de prensa de la selección femenina, Patricia Pérez, y se desmarcó de cualquier gestión realizada en la Federación respecto del comportamiento de Rubiales.
Pérez afirmó ayer que en esa reunión, a la que calificó como "encerrona", Rubiales le fue indicando frases que podía añadir a sus respuestas en un informe interno de la Federación sobre el beso, después del escándalo que este hecho provocó en la sociedad española.
En su declaración como testigo en el juicio a Rubiales y a tres ex altos cargos de la Federación,
Luis de la Fuente se desvinculó de las gestiones realizadas a nivel interno a raíz de lo ocurrido, donde la Fiscalía ve una señal de las coacciones que atribuye a los acusados.
Afirmó también que el expresidente de la Federación entraba y salía de su despacho y le atendía cuando tenía posibilidad, pero negó saber de qué trataban dentro, ni haber cruzado una palabra con Patricia Pérez; sólo sabe que ella asistió a dicha reunión, dijo, pero "nunca" escuchó a Rubiales leer sus preguntas y respuestas.
Además, al testificar en el juicio al ex jerarca del fútbol español, admitió no haber sido "consciente de la dimensión" del escándalo
hasta que llegó a España, y rechazó haber sido testigo de las idas y venidas que se produjeron en el avión de vuelta de Australia, porque estaba "muy cansado" y "estaba centrado en descansar".
De la Fuente afirmó que se enteró del beso "en el avión" en el que regresaba desde Sídney con la delegación de la RFEF y las jugadoras,
"pero realmente (...) no era consciente de la dimensión que tenía esa actuación", señaló.
La fiscal destacó entonces que en la instrucción del caso sí admitió haber escuchado en el avión algo acerca de la elaboración de un comunicado, y De La Fuente reconoció que en la zona donde estaba "seguramente" se hablaría algo de lo que estaban haciendo, pero negó "rotundamente" saber de qué.
La jugadora declaró ayer que después del beso llegaron las "incontables" peticiones para que hiciese un comunicado conjunto tratando de justificar a Rubiales, quien durante la escala en Doha de regreso a España se lo solicitó por sus hijas e incluso le llegó a decir algo que ella confesó que le dolió: "A ti y a mi nos gusta lo mismo".
La declaración de ayer de la responsable de prensa fue hoy respaldada en por el testimonio del entonces subdirector de Comunicación de la Federación, Rubén Yunta, quien subrayó la "situación de tensión y presión" vivida en aquella reunión del 23 de agosto y también situó a de la Fuente en el despacho de Rubiales.
Por su parte, Javier López Vallejo, el psicólogo que acompañó a la delegación femenina en el Mundial, explicó en su declaración de hoy que le leyeron el citado informe en el despacho de Rubiales y que lo consideró coherente "con lo que había vivido", aunque añadió o especificó ciertas cosas.
Su conclusión, tras hablar también con Hermoso, fue que ese beso, aunque poco edificante, era compatible con un acto de amistad y de efusividad por haber ganado un Mundial.
Es importante mencionar que el seleccionador de España, fue muy criticado por haber aplaudido a Rubiales cuando este se negó a dimitir en una reunión extraordinaria de la RFEF a pocos días de la final del Mundial. El técnico de la Roja se disculpó después.
La declaración de Patricia Pérez
La responsable de prensa de la selección española femenina de fútbol, Patricia Pérez, relató ayer la "encerrona" que vivió para respaldar la actuación de Luis Rubiales tras el beso que éste dio a Jenni Hermoso al recibir por escrito las respuestas que debía dar en un informe interno de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) que acabó exculpándole.
La responsable de prensa testificó acerca del informe que elaboró el comité de Integridad de la RFEF tras aquel episodio y que se cerró sin ninguna medida para su entonces presidente.
Narró que, una vez en España, el entonces subdirector de comunicación de la Federación, Enrique Yunta, le llamó y le dijo que debía ir urgentemente a la RFEF para declarar ante el departamento de integridad, si bien le indicó que, "para agilizar los tiempos", le enviaba las preguntas y las respuestas que debía dar.
Al recibir aquellas respuestas, dijo, vio que había cosas que no se respondían con la realidad, como que había hablado con Jenni Hermoso y esta "había quitado hierro al asunto", algo que no ocurrió.
Al entrar en el despacho, en la tercera planta de la RFEF, vio que no estaba el entonces responsable de Integridad, Miguel García Caba, sino ocho personas. Se trataba del entonces presidente, Luis Rubiales, su padre, su jefe de gabinete y "un amigo íntimo de la infancia"; el exjefe de Comunicación Pablo García Cuervo; Enrique Yunta, el psicólogo de la selección femenina y el recién renovado seleccionador de la absoluta, Luis de la Fuente, que declara mañana como testigo.
"Desde el momento en el que entré y vi a ocho personas (...) tuve claro que eso era una encerrona", señaló Pérez, que añadió que Rubiales le pidió agregar frases a su declaración, como que Jenni Hermoso le alzó a él y le dio dos manotazos en el costado.
Pérez afirmó que se negó porque era "imposible" que viese eso desde el lugar donde estaba en el Estadio de Nueva Gales del Sur (Australia), donde se disputó el Mundial, y admitió que acabó firmando la declaración que consideraba que se ajustaba "más a la realidad", tras pedir cambiar algunas cosas y después de tres horas.
La testigo, que confesó que era "un mero peón y era García Cuervo quien tomaba las decisiones", limitó su actuación a obedecer la petición que éste le hizo de llamar a Jenni Hermoso en el autobús de camino al aeropuerto tras el partido, para enseñarle un comunicado que él había escrito en primera persona y que "intentaba rebajar la magnitud" de lo ocurrido a "algo anecdótico".
Cuando Jenni Hermoso bajó del autobús, ella notó que tenía una "actitud cansada", "como que estaba harta" y dijo que es lo último que haría.