Rubiales fue hallado culpable de agresión sexual, y se le impuso una multa y la prohibición de acercarse o contactar con la víctima.
AFP
La Fiscalía de la Audiencia Nacional recurrió este jueves la sentencia contra Luis Rubiales y
pidió que se celebre un nuevo juicio por la falta de parcialidad del magistrado, que impuso al expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) una multa como castigo al beso a la jugadora Jenni Hermoso.
En el escrito de la fiscal Marta Durántez, al que tuvo acceso la AFP, esta reclama un nuevo juicio presidido por un magistrado "no viciado, cuanto menos, de apariencia de parcialidad", y denunció que
se le impidió plantear numerosas preguntas y que muchas pruebas fueron ignoradas por el juez.
El magistrado José Manuel Fernández Prieto no hizo "mención alguna en la sentencia a varias cuestiones fundamentales sobre las que se practicó prueba en el acto del juicio, como si tales pruebas no hubieran existido", sostuvo la acusación.
Además, Durántez acusa al juez de "privar a esta acusación de formular preguntas procedentes a varios de los testigos", antes de pasar a enumerar todas "las ocasiones en que fueron inadmitidas preguntas del Ministerio Fiscal".
Los hechos ocurrieron el 20 de agosto de 2023 durante la ceremonia de medallas después de que España se proclamase campeona del mundo en Sidney, cuando
Rubiales le impuso un beso en la boca a la jugadora, lo que provocó un escándalo mundial y acabó precipitando la dimisión del dirigente.
En la sentencia del juicio que tuvo lugar del 3 al 14 de febrero cerca de Madrid,
el juez declaró a Rubiales culpable de agresión sexual, y le impuso una multa de 10.800 euros (casi $11 millones) y prohibición de acercarse o contactar con la víctima durante un año.
El magistrado lo absolvió, no obstante, del delito de coacciones, al no encontrar que hubiera violencia o intimidación en las presiones sobre la atacante de la selección femenina para que minimizara el gesto.
Tanto la defensa de Hermoso, como el propio Rubiales, anunciaron también que recurrirían la sentencia.
La pena contra quien presidió la RFEF desde 2018 hasta 2023 es muy inferior a la que solicitaba la Fiscalía, de dos años y medio de cárcel, un año por el beso, y año y medio por las coacciones.