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"Legítima", "extrema", "un primer paso": Expertos opinan sobre inhibidores de señal de celulares en colegios de Lo Barnechea

La medida, que se aplicará a establecimientos municipales, fue anunciada por el alcalde de la comuna, Felipe Alessandri. Se trata de sobres que bloquean la señal de los aparatos mientras estos están en su interior.

25 de Julio de 2025 | 08:00 | Por M. Francisca Prieto, Emol
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En Chile, en tanto, no existe una orden ministerial -solo orientaciones- sobre el uso de celulares en la sala de clases, así como tampoco una normativa que los regule.

LUN (imagen referencial)
La discusión sobre el uso de teléfonos celulares por parte de estudiantes durante la jornada escolar, está lejos de terminar. Esto sobre todo cuando continúan surgiendo estudios que advierten sobre los perjuicios que tienen esos aparatos en la salud de los más jóvenes.

De hecho, esta semana una investigación publicada en la revista Journal of Human Development and Capabilities, reveló que los menores que reciben su primer teléfono celular a los 12 años o antes, ven gravemente comprometida su salud mental en la adultez temprana. Los efectos son varios, entre ellos, pensamientos suicidas, agresividad, desconexión de la realidad, mala estabilidad emocional, baja autoestima, disminución de la resiliencia emocional y menor empatía.

Por esta razón, ya son varios los países los que han prohibido los teléfonos celulares en las salas de clases, entre ellos Nueva Zelandia, Rusia, Australia, Canadá, China, Francia, Reino Unido, Brasil y, más recientemente, Portugal.

Hace algunos días, el Gobierno de esta última nación aprobó un decreto de ley para prohibir el uso de esos aparatos en los cursos de primaria (niños de 6 a 12 años) de escuelas públicas y privadas, a partir del año lectivo 2025/2026. En tanto, para los menores de 12 a 15 años se recomendarán medidas que restrinjan y desincentiven su uso, y para los de 15 a 18 se postula elaborar normas conjuntas para su uso responsable.

En Chile, en tanto, no existe una orden ministerial -solo orientaciones- sobre el uso de celulares en la sala de clases, así como tampoco una normativa que los regule. De hecho, hace casi un año, la Sala de la Cámara de Diputados aprobó en particular un proyecto de ley que prohíbe y regula el uso de dispositivos digitales en establecimientos educacionales. El texto se remitió al Senado para cumplir su segundo trámite legislativo, pero no ha seguido avanzando.

En ese contexto, la Municipalidad de Lo Barnechea sorprendió esta semana al anunciar la campaña "Espacios libres de teléfonos", una estrategia que busca regular el uso de celulares durante la jornada escolar en colegios municipales de la comuna. ¿Su objetivo? "Mejorar los aprendizajes, la convivencia y el bienestar emocional de los estudiantes", señalaron desde el municipio.

La iniciativa comenzará a implementarse en el Colegio Lo Barnechea Bicentenario, que abarca de 7° Básico a IV Medio, y para hacerla efectiva funcionarán inhibidores de señal, los que impedirán el acceso a redes móviles durante la jornada escolar.

Esto último llamó la atención, ya que muchos compararon la medida con las implementadas en algunas cárceles del país. Sin embargo, el alcalde de Lo Barnechea, Felipe Alessandri, explicó que los inhibidores de señal en los colegios en realidad consisten en unos sobres que bloquean la señal de los aparatos mientras estos están en su interior.

Inhibidores de señal: ¿Una medida efectiva?


Consultado sobre el tema, el ministro de Educación, Nicolás Cataldo, calificó la medida que implementará la Municipalidad de Lo Barnechea como "contraintuitiva".

"Nosotros estamos hablando de la regulación con mucho rigor, estamos hablando de que el uso (de celulares) en la sala de clases no esté permitido, regular también qué es lo que vamos a considerar como uso pedagógico. Pero inhibir las señales me parece contraintuitivo, cuando lo que buscamos es generar conectividad", sostuvo el secretario de Estado.

En este sentido, Cataldo recordó que existe el plan "Conectividad para la Educación 2030", cuyo objetivo es conectar a 10 mil colegios del país con internet a alta velocidad. "Entonces, me parece extraño porque finalmente lo que yo me pregunto -no lo sé técnicamente- es cómo va a afectar esto el uso de internet en las salas de computación y cuando tengan que efectivamente usar pedagógicamente la conectividad", señaló.

Algo diferente es lo que opina María Teresa Romero, directora ejecutiva de Fundación Escuelas Abiertas, para quien la instalación de inhibidores de señal en los colegios municipales de Lo Barnechea es una medida "buena y legítima, ya que responde a las necesidades particulares de esa comunidad educativa".

"Esa capacidad de decisión local debe ser respetada y fortalecida, no limitada por criterios impuestos desde el Estado", añadió Romero, quien -sin embargo- aclaró que de todas maneras las medidas que se adopten deben ser parte de una estrategia educativa integral de formación en ciudadanía digital.

"Es clave que exista un protocolo de acción a largo plazo. Solo así será una política sostenible y formativa, no solo reactiva", planteó.

Consultada por Emol respecto a si los inhibidores de señal podrían generar ansiedad en los menores al estar impedidos de usar sus celulares, la directora ejecutiva de Fundación Escuela Abiertas indicó que hoy sucede precisamente lo contrario: el uso desregulado de esos aparatos es el que está generando altos niveles de ansiedad en los jóvenes.

"Si se aplica con sentido pedagógico y se comunica bien, esta medida puede ser una oportunidad para aliviar la presión constante de estar conectados y alivianar la desafiante labor de los profesores. Lo clave es acompañar el proceso con espacios de diálogo, contención y formación", sostuvo María Teresa Romero.

En este sentido, Romero agregó que la medida también se enmarca en las normas que los colegios ya tienen para mantener el orden y el respeto en las salas de clases.

No obstante, puntualizó que "el control externo debe ser solo el punto de partida. El foco debe estar en formar estudiantes capaces de manejar la tecnología con criterio y responsabilidad".

Algo en lo que coincide Soledad Garcés, directora de la Fundación para la Convivencia Digital, quien señaló a Emol que si bien el "prohibir" funciona bien en algunas comunidades escolares y en otras no, "en la mayoría de los colegios se necesita modelar estas conductas o hábitos digitales, y eso requiere intervenciones, debates, estudios. No basta con prohibir".

En este sentido, Garcés planteó que si bien inhibir las señales de los teléfonos celulares en los colegios no necesariamente es una medida que generará ansiedad en los menores mientras se den alternativas de entretención en los recreos para potenciar otras área del desarrollo, si no se hace un trabajo paralelo en psicoeducación, el problema se trasladará a las horas en que los niños están en sus casas.

Con todo, para la directora de la Fundación para la Convivencia Digital medidas como las que implementará la Municipalidad de Lo Barnechea en sus colegios municipales sirven "para regular el uso del teléfono al menos durante la jornada escolar" y así permitirles a los estudiantes "focalizar mejor en los aprendizajes, en el juego libre en los recreos y en el desarrollo de habilidades sociales".

Eso sí, recalcó que mientras más actores -estudiantes, profesores, apoderados, equipos directivos- participen en el diseño de las medidas, "más se comprometen en el cumplimiento" de estas.

"Algo extrema" y "un primer paso"


Por su parte, Mónica Espinoza, psicóloga infanto-juvenil de Clínica Universidad de Los Andes, indicó que a su juicio la intalación de inhibidores de señal es una medida "algo extrema, aunque potencialmente efectiva".

"Por eso, es fundamental evaluarla adecuadamente antes de pensar en replicarla en otras comunas o contextos", complementó, agregando que también "es clave asegurar que padres, apoderados, profesores y funcionarios respeten y hagan cumplir las normas, procurando también que los estudiantes las acaten dentro del colegio".

En tanto, Oriana Pizarro, Directora de Implementación de Fundación Presente -institución que trabaja por promover la asistencia escolar-, sostuvo que si bien medidas como la instalación de inhibidores de señal son un primer paso para fomentar la desconexión de los escolares durante la jornada educativa, "no pueden implementarse de forma aislada".

"Si no hay un proceso que acompañe esta decisión, que ayude a los estudiantes a desarrollar habilidades digitales, reflexionar sobre su relación con las pantallas y conectar con un propósito a largo plazo, con metas personales y sentido de comunidad escolar, es probable que la medida sea resistida o simplemente evitada", enfatizó.

"Más que controlar, se trata de generar un cambio cultural que devuelva valor a la experiencia escolar en sí misma como un espacio significativo y necesario en la vida de los estudiantes", concluyó.