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Cierres, traslados y reconversión: 13 restaurantes clásicos que han dejado el centro de Santiago

Cambios en las preferencias del público, el éxodo de los clientes frecuentes, y el deterioro e inseguridad de la zona, son las principales razones del fenómeno.

21 de Septiembre de 2025 | 15:44 | Por M. Francisca Prieto, Emol
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El antiguo restaurante El Hoyo en Estación Central (izquierda), la fachada del Bar Nacional (centro) y el nuevo local de la Antigua Fuente en el MUT (derecha).

El Mercurio / LUN
Desde hace algún tiempo, el centro de Santiago ha sido testigo de un fenómeno: el éxodo de restaurantes que antiguamente eran considerados un clásico del sector. Algunos han cerrado, otros se han trasladado e incluso se han reconvertido en foodtruck, aquellos populares vehículos equipados con cocina móvil, que permite la preparación y venta de comida en diferentes lugares.

"Hemos identificado un total de 13 restaurantes clásicos que han cerrado su ubicación en el centro de la capital", dice a Emol José Agustín Segura, subgerente del Área de Inteligencia de Negocios de Colliers.

Por su parte, Reinaldo Gleisner, vicepresidente de la consultora, explica las principales razones de este fenómeno y, en este sentido, plantea que la primera de ellas es el cambio en las preferencias del público.

"Es demasiado evidente decir que los locales no pueden sobrevivir sin la clientela que los prefiera. ¿Qué ha pasado con el público? Por un lado, ha cambiado la preferencia de las personas en los últimos 40 o 50 años: apareció el modelo de fast food. Eso explica en todos los sectores, los patios de comida que ofrecen una gran variedad de opciones, con la promesa de la entrega rápida, y ofertas ajustadas a las preferencia de las personas y a precios compatibles con los ingresos", señala Gleisner.

El ejecutivo grafica la situación con lo que ha ocurrido en el Paseo Ahumada. "De un lugar de grandes y tradicionales tiendas, con atractivo para personas y turistas, se ha transformado en un patio de comida abierto con muchas opciones de comida al paso", dice.

Asimismo, Gleisner sostiene que los clientes frecuentes de los restaurantes más formales, emigraron de las clásicas ocho manzanas del centro de Santiago, como se conocía el sector hace 30 años.

"El cliente clásico, trabaja o es cliente de oficinas, ahora ubicadas en El Golf, Nueva Las Condes o Nueva Costanera. Al trasladarse también los estudios jurídicos, que se estimaba muy difícil porque se alejaban de la Corte Suprema, se completa el cuadro de abandono del centro tradicional", afirma el vicepresidente de Colliers.

Por último, está el tema del deterioro y la inseguridad de la zona. "Nadie va al centro si puede evitarlo. Con ello, la tradicional pujante actividad empresarial se ha trasladado, ahuyentando incluso a los turistas", señala Gleisner. Y resume: "El éxodo de las oficinas, se llevó un fiel público para los restaurantes. La inseguridad también ha espantado a los turistas".

Un ejemplo de lo anterior es lo que le ocurrió al restaurante El Hoyo, que con más de 110 años de historia en diciembre de 2024 dejó Estación Central y en julio pasado abrió un local ubicado en el Barrio Italia (Providencia). "La delincuencia, el no poder abrir el restaurante hasta la hora que antes históricamente se abría, que era hasta la medianoche o un poco más. Teníamos que cerrar a las cuatro o cinco de la tarde, porque o si no asaltaban a los trabajadores y también a los clientes. Entonces, por tema de seguridad se tomó la decisión de trasladarse", explica a Emol José Vallejos, uno de los socios del restaurante.

En este sentido, Vallejos lamenta que "los locales emblemáticos tengan que irse de su zona original, a zonas, comunas, barrios con más seguridad, más tranquilos y donde puedan desarrollar sus negocios de mejor manera como siempre lo hicieron". Y enfatiza que aunque algunos locales -como El Hoyo, que recientemente se unió al Programa Made By Chileans de la Fundación Imagen de Chile- pueden hacerlo, "hay otros restaurantes emblemáticos que no tienen esa posibilidad y terminan cerrando, lamentablemente".

Los restaurantes que se han ido y las perspectivas futuras

De acuerdo al catastro realizado por Colliers para Emol, los restaurantes clásicos del centro de Santiago que han cerrado sus puertas son:

- Les Assassins
- Squadrito
- Bar Berri
- Ópera Catedral
- Café Roma
- Bar Loreto

En tanto, los locales que se han trasladado a otro sector son:

- Bar Nacional (ahora está en Las Condes).
- Bar Las Tejas (dejó San Diego y se trasladó al Paseo Bulnes).
- Venezia (cerró en 2020, pero en 2023 reabrió con otros dueños).
- El Hoyo (de Estación Central se fue al Barrio Italia, en Providencia) .
- La Piojera (hay planes de cerrar el local ubicado en Santiago para instalarse en Las Condes, probablemente en el Mercado Urbano de Tobalaba, MUT).
- Antigua Fuente (dejó el sector de Plaza Italia y llegó al MUT).

Por último, el que se reconvirtió fue La Fábrica de Completos, que actualmente usa un foodtruck en La Florida.

¿Qué pasará a futuro? ¿Seguirán los restaurantes yéndose del centro de Santiago? A juicio de Reinaldo Gleisner, todo dependerá de las medidas que se tomen.

"De continuar la inseguridad, el comercio ambulante y el descuido general del centro, las perspectivas no son positivas", afirma el ejecutivo de Colliers, resaltando que "las empresas que decidieron emigrar del centro y trasladar sus oficinas a comunas con mayor seguridad, ya no regresarán". Algo que confirma José Vallejos.

"Mucho mejor de lo que esperábamos", responde el socio de El Hoyo al ser consultado respecto a cómo les ha ido en su nuevo ubicación en el Barrio Italia. "La experiencia es un poco más holística, es visual, es auditiva, es gastronómica y es de servicio, en un barrio mucho más seguro, más céntrico, viene gente de todo Santiago y también de regiones, está cerca del Metro, entonces ha sido todo un acierto", agrega.

"De continuar la inseguridad, el comercio ambulante y el descuido general del centro, las perspectivas no son positivas".

Reinaldo Gleisner, vicepresidente de Colliers
Gleisner también señala que junto con mejorar la seguridad para volver a atraer al público, los restaurantes también deberán reinventarse. "El hábito de alimentación ha variado sustancialmente, y la preferencia por el delivery está creciendo fuerte. La perspectiva está naturalmente en adecuarse al cambio", sostiene.

Y añade que lo último también se refiere a "cambios de giro".

"Como en Chile estamos inmersos en un laberinto de normas, muchos intereses cruzados, podemos casi dar por seguro, que se va a ahogar cualquier cambio indispensable. La Municipalidad de Santiago tendrá que tener la creatividad y valentía de generar nuevos usos de suelos y flexibilizar sustancialmente la norma de edificación, pasando por encima del Consejo de Monumentos, que defiende cualquier vestigio de construcciones, solo por el hecho de ser viejo, sin reparar en cómo transformarlo en algo productivo. Se requiere liberalizar la norma y que el Estado cumpla con su misión fundamental de asegurar la paz ciudadana", concluye.