La salud mental en Chile se ha convertido en uno de los grandes desafíos de los últimos años y así lo reflejan cifras de distintos estudios que se han realizado a nivel nacional. Por ejemplo, el 11° Termómetro de Salud Mental en Chile, elaborado por la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) y el Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales reveló que un 12,7% de los encuestados tiene sospecha o presenta problemas de salud mental.
Otra de las investigaciones revela que las enfermedades profesionales asociadas a salud mental representaron el 72% en 2024, de acuerdo con el último Informe Anual de Seguridad y Salud en el Trabajo de la Superintendencia de Seguridad Social.
En materia adolescente, las cifras tampoco son alentadoras. Un estudio de Universidad de Las Américas (UDLA) demostró que más del 60% de los estudiantes chilenos presenta síntomas de depresión, y más del 50% manifiesta ansiedad o estrés.
Considerando este complejo escenario, la investigación de UDLA reveló que la claridad emocional (capacidad de identificar y comprender lo que se siente) puede convertirse en un factor clave para proteger el bienestar psicológico juvenil.
Según explica María Mercedes Yeomans, Doctora en Administración Educacional, académica e investigadora de UDLA y coautora de la investigación, esta habilidad potencia el efecto de la regulación emocional y reduce el riesgo de síntomas depresivos.
“Descubrimos que los estudiantes que tenían mayor claridad emocional tenían mejor regulación emocional. Es decir, los que conocían mejor qué sentimiento, qué emoción sentían, podían regular la forma en que lo interpretaban, cómo lo expresaban y cómo lo vivían. Eso también afectaba el bienestar subjetivo”, declaró en entrevista con EmolTV.
El estudio se aplicó a 636 estudiantes de entre 10 y 18 años del sistema escolar chileno y consideró variables como claridad emocional, regulación emocional, bienestar subjetivo y síntomas depresivos. Los resultados mostraron que una mayor claridad emocional se asocia con una mejor regulación emocional y un mayor bienestar, reduciendo los riesgos de padecer depresión.
La importancia de la educación emocional
A raíz de estos resultados, Yeomans enfatizó la necesidad de incorporar la educación emocional de manera obligatoria en los colegios chilenos, siguiendo el ejemplo de países como México, Colombia y Perú, que ya cuentan con legislación en esta materia.
“Chile necesita urgentemente una ley de educación emocional (…) (Es fundamental) enseñar a nuestros niños a conocer las emociones y también aprender a regularlas”, señaló.
La académica también subrayó que la educación emocional no debe limitarse al aula, sino extenderse al ámbito familiar y social. “Las familias tienen una responsabilidad muy grande con respecto a lo que es la comunicación. Niños, niñas y adolescentes necesitan los espacios para conversar, para poder expresar lo que sienten”, complementó.
“Si los niños no pueden conversar respecto de lo que sienten, difícilmente van a poder regular esas emociones y expresarlas de manera correcta”, añadió.
Un trabajo integral y el rol de la academia
Para la investigadora, el bienestar adolescente debe entenderse desde una mirada integral: “No se trata solo de la ausencia de enfermedad, sino de mantener un nivel estable de satisfacción y equilibrio emocional”.
En ese sentido, destacó el rol de la academia, la investigación aplicada y la labor que realiza Universidad de Las Américas en este sentido. Según afirmó, en UDLA operan “desde la investigación-acción, ligada a vinculación con el medio. La investigación-acción es muy relevante porque no se queda en el dato, buscamos ver un problema, analizarlo y conocerlo para poder entregar propuestas”.
“No vamos a solucionar los problemas al 100%, pero siempre podemos aportar un granito de arena a las problemáticas que se presentan”, añadió.
A continuación, puedes revisar la entrevista completa:
