PARIS.- "Estoy increíblemente frustrado", reconoció un abatido Pete Sampras, tras caer el lunes pasado por undécima vez en la tierra batida de Roland Garros, el único gran torneo que falta en su palmarés, por lo que quiere olvidarse de la arcilla lo antes posible y "desaparecer de aquí".
El seis veces número uno del mundo volverá a la ciudad de Los Angeles, Estados Unidos, para preparar la temporada de pasto, donde, ahí sí, es el rey indiscutible.
Comenzará rápidamente a trabajar en hierba, superficie en la que debutará este año en el torneo londinense de Queen's. El objetivo es conquistar su séptimo Wimbledon y superar el récord de Roy Emerson de 12 torneos de Grand Slam ganados.
Sin embargo, sabe que aún le falta París. "Una carrera perfecta debe incluir también Roland Garros", reconoció Sampras, al tiempo que planteó que su objetivo es poder ser confirmado unánimemente como el mejor jugador de todos los tiempos.
Pero los expertos ven cada vez más difícil que Sampras gane una vez en París, y él mismo sabe que se le acaba el tiempo. "No voy a tener muchas oportunidades más", afirmó el tenista, que cumplirá 29 años el próximo 12 de agosto.
Sin embargo, se resiste a aquellos que le auguran más eliminaciones en Roland Garros porque no sabe "patinar" sobre la arcilla. "Tonterías, la tierra aquí está tan dura como una pista dura, y lo suficientemente rápida como para jugar saque y volea".
El partido de primera ronda de Roland Garros 2000, en que perdió en la "prórroga" del quinto set por 8-6 contra el australiano Mark Philippoussis, no fue desde luego un hito en su vida deportiva.
Sampras precisó que su carrera "no se ha acabado todavía. Seguiré intentando ganar en París mientras siga jugando al tenis, y el año que viene estaré otra vez aquí".
