MONTEVIDEO.- Las autoridades que administran el estadio Centenario de Montevideo evalúan hoy los cuantiosos daños provocados este fin de semana por los aficionados durante el "superclásico" del fútbol local, entre Nacional y Peñarol.
Cientos de butacas de las tribunas que están detrás de los arcos fueron arrancadas y arrojadas hacia otros sectores del recinto y otras tantas fueron quemadas, cuando los violentos hinchas hicieron fogatas al terminar el partido.
En esos sectores, detrás de los pórticos, es donde se ubican tradicionalmente los "barras bravas" de ambos equipos, protagonistas después de otra serie de incidentes, en las cercanías del Centenario.
El riguroso operativo de seguridad montado por la policía de Montevideo no fue suficiente para contener la ira de los hinchas de Peñarol y la euforia de los de Nacional, que conquistaron anticipadamente el título, a falta de dos fechas para terminar el torneo charrúa.
El estadio Centenario es administrado por una comisión mixta que integran representantes de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) y de la intendencia (alcaldía) municipal de Montevideo.