MELBOURNE.- La selección nigeriana que se enfrentará a Chile, el próximo sábado en los cuartos de final de los Juegos Olímpicos, es más imprevisible, pero también menos potente que la que conquistó el título hace cuatro años.
El conjunto que ha alcanzado los cuartos de final parece más peligroso por lo que anuncia que por lo que ha mostrado en el torneo.
El holandés Johannes Bonfrere, el técnico que logró la medalla de oro en Atlanta, aseguró que "la FIFA tuvo miedo de los clubes europeos y no los presionó para que dejasen a sus jugadores".
Bonfrere pretendía tener a su disposición a Ikpeba, Okocha y, sobre todo, a Nwankwo Kanu, el mejor jugador africano del año y la estrella de Atlanta'96.
No lo logró y recompuso su equipo con el defensa del Chelsea Celestine Babayaro, con el centrocampista Garba Lawal y con Okpara, jugadores experimentados pero no figuras.
Bonfrere aseguró que Nigeria tendría problemas para clasificarse, siquiera, para la segunda fase y calificó a su equipo como "un grupo de jóvenes podrán llegar a ser buenos, pero que aún son inexpertos".
Con menor nivel técnico que en Atlanta, la mayor cualidad del conjunto nigeriano es su potencia física. Juega al mismo ritmo desde el primer minuto al último y, gracias a eso, evitó una derrota segura contra Honduras.
Bonfrere no podrá contar con Celestine Babayaro, ni con Azubuike Oliseh, sancionados. Babayaro es el hombre más experimentado de la defensa, mientras que Oliseh es un centrocampista de fuerza, con un buen disparo desde fuera del área.
El principal arma de la selección nigeriana es la velocidad de su delantera, principalmente, Pius Ikedia, jugador del Ajax.
Junto a Ikedia, completan el ataque Yakubu Ayegbeni, que con 18 años es uno de los jugadores más jóvenes del torneo, autor del gol del empate contra Honduras, y Julius Aghahowa, la supuesta "estrella" del equipo que por el momento no ha justificado tal condición.
