BASILEA.- Pintaba para baile. Con un tenis regular, un buen porcentaje de primer servicio y un rival que no encajaba casi nada, salvo unos pincelazos de derecha y un par de aces, Marcelo Ríos se encaminaba a su primer triunfo en el Davidoff Swiss Indoors de Basilea. Y al cuarto sobre el ecuatoriano Nicolás Lapentti.
El 6-3 de la primera manga, con dos quiebres en los juegos tercero y noveno, lanzaron aún más a Ríos al favoritismo. Todo tranquilo para el chileno, que hasta se daba maña para hacer de esos lujos que se encontraban hace bastante tiempo en el baúl de los recuerdos.
Pero tan rápido como liquidó el primer set, Ríos comenzó a jugar mal. Muy mal. Sin el timing que le daba para pegar y pararse bien en la cancha, todo al mismo tiempo. Sin confianza. Sin convicción. Y para colmo, Lapentti subió su nivel, comenzó a colocar su primer servicio y poco a poco le fue tomando el pulso al partido.
Y si Ríos utilizó dos quiebres para quedarse con el primer set, el ecuatoriano ocupó dos también, pero para definir el partido a su favor (6-4 y 6-4) y pasar a segunda ronda, donde se le viene más o menos fácil ante el francés Nicolas Thomann.
El chileno perdió toda la compostura, tanto física como mental. Si hasta lanzó su raqueta lejos, haciendo recordar a ese Ríos mal genio que comenzó en el Tour. Eso lo hizo cometer cerca de 30 errores no forzados y afloraron las dobles faltas.
Así, Lapentti se dedicó a pasarla y esforzarse sólo cuando Ríos lo apuraba. Además contó con algo de suerte en momentos clave, otro lastre que Ríos no pudo cargar.
