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Luxemburgo se ató de manos

El ex técnico se la selección brasileña de fútbol reconoció varios "tropiezos" en el manejo de sus cuentas corrientes y se complicó al tratar de responder múltiples preguntas que le hicieron en el Congreso.

30 de Noviembre de 2000 | 16:29 | DPA
BRASILIA.- El ex técnico de la selección brasileña de fútbol, Wanderley Luxemburgo, se complicó este jueves al intentar explicar ante el Congreso el origen de su abultado patrimonio, que le permitió realizar en los últimos cuatro años movimientos bancarios por unos 18 millones de reales (casi 10 millones de dólares).

Durante cerca de cinco horas, el entrenador enfrentó duros cuestionamientos de los miembros de la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI), quienes se concentraron principalmente en las denuncias de evasión impositiva, falsificación de documentos y de participación irregular de Luxemburgo en negociaciones con clubes para el traslado de jugadores bajo su comando.

El técnico aseguró que es inocente de todos los cargos, y atribuyó las acusaciones en su contra a una supuesta venganza de su ex secretaria, Renata Alves, a quien acusó de intentar chantajearlo y de exigirle hasta 760.000 dólares por su silencio.

No obstante, ante la presión de los legisladores, terminó por admitir que desde 1974 utiliza documentos falsos, que lo presentan como Wanderley Luxemburgo, nacido en 1955, pese a que su nombre verdadero es Vanderlei Luxemburgo y a que vino al mundo en 1952.

El entrenador también admitió que omitió de la Oficina de Rentas la existencia de 29 de las 30 cuentas bancarias abiertas en su nombre, pero aseguró que no lo hizo por mala fe: "Soy desordenado, a lo mejor se me olvidó transmitir esas informaciones a mi contador".

Luxemburgo no logró explicar a los legisladores el origen de varios depósitos en efectivo hechos en sus cuentas, ni de varios cheques que emitió en favor de personas y empresas: "No me acuerdo", se limitó a contestar reiteradas veces.

No obstante, negó tajantemente la denuncia de su ex secretaria, quien dijo a la CPI que el técnico solía negociar con empresarios la venta de pases de jugadores bajo su comando a cambio de generosas comisiones en dinero, que eran enviadas al exterior.

"Nunca obtuve ventaja alguna de empresarios de fútbol", aseguró el entrenador, quien negó poseer cuentas en el exterior. Los senadores, sin embargo, afirmaron tener informaciones sobre la existencia de por lo menos una cuenta abierta a nombre de la esposa de Luxemburgo en un banco de Miami, en Estados Unidos.

Luxemburgo admitió, por otra parte, que recibió por lo menos una propuesta de un empresario de fútbol, quien le habría pedido para convocar para el plantel a un jugador, para facilitar su negociación con un club.

Sin embargo, el técnico se negó a revelar el nombre del empresario, lo que llevó al senador Geraldo Althorf a amenazar con dictar su detención. Ante la amenaza, Luxemburgo afirmó que recibió la propuesta a través de una llamada telefónica de una persona que se habría identificado sólo por el apodo de "Vadinho".

Las múltiples acusaciones contra Luxemburgo, quien enfrenta procesos penales por evasión impositiva y falsificación de documentos, desviaron la atención de la CPI de su principal objetivo: investigar la real influencia de la empresa estadounidense Nike, patrocinadora de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), en las actividades de la selección brasileña.

A las pocas preguntas que le fueron formuladas sobre ese tema, Luxemburgo admitió que un representante de la Nike participaba en las reuniones de la CBF y sugería posibles adversarios de Brasil en amistosos internacionales, pero aseguró que la comisión técnica tenía la palabra final sobre ese tema.

Luxemburgo, quien asumió el comando del plantel brasileño de fútbol en agosto de 1998, fue destituido en septiembre pasado, tras el fracaso de la selección olímpica en los Juegos de Sydney.
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