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Resumen 2000: Por fin rojo

De ese color se tiñó la temporada 2000 de la fórmula uno, que tras años de espera dejó a la Ferrari en la cima de los constructores. Entre los pilotos, nadie destapó más champañas que el alemán Schumacher, quien sumó su tercer mundial.

30 de Diciembre de 2000 | 17:39 | emol.com
La Ferrari, que se ha convertido en la más laureada con diez mundiales de constructores, logró conseguir en el 2000 el título de pilotos, que le escapaba desde hace veintiún, gracias al alemán Michael Schumacher, que tras cinco temporadas de intentarlo al volante de los coches rojos, pudo por fin coronar el sueño de millones de aficionados en todo el mundo.

Schumacher, que sumó su tercer mundial de pilotos, inició la temporada con una racha de tres victorias, en Australia, Brasil y San Marino, que le hizo liderar el mundial como había ocurrido en pocas ocasiones en Ferrari, sin embargo su ventaja comenzó a diluirse a mitad de la temporada, por diversas averías mecánicas.

Pero este año 2000 iba a ser por fin el bueno para Ferrari y otra racha de victorias al final de temporada, que se iniciaron en Italia, iban a culminar el sueño de los ferraristas en Japón, donde siempre que un piloto de la escudería se había jugado el título lo había perdido contra pilotos de la escudería británica McLaren.

De las diecisiete carreras del mundial Michael Schumacher se impuso en nueve y Rubens Barrichello -su coequipo- en una, frente a las cuatro que consiguió el campeón del mundo de los dos últimos años, el finlandés Mika Hakkinen y las tres del británico David Coulthard al volante de sus McLaren-Mercedes.

Después de un comienzo desastroso de temporada con dos abandonos consecutivos, mientras que Michael Schumacher sumaba otras tantas victorias, Mika Hakkinen volvió a soñar con su tercer título mundial consecutivo tras su victoria en el Gran Premio de Bélgica. Seis puntos de ventaja cuando faltaban cuatro carreras, hacían del finlandés el favorito

Si la victoria de Schumacher en Italia y el segundo puesto de Hakkinen dejaban la ventaja reducida a la mitad, la rotura del motor Mercedes en el Gran Premio de Estados Unidos, que volvía al calendario nueve años después y lo hacía en un nuevo trazado en el circuito de Indianápolis, y otro triunfo del alemán sentenciaban prácticamente el título a favor de Ferrari, a falta de dos carreras.
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