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Cobreloa debe una manda

Con lo justo, jugando menos que su rival, mereciendo a lo sumo un empate, el elenco loíno venció a Deportivo Cali con sendos goles al final de cada tiempo y sigue respirando en Copa Libertadores.

04 de Abril de 2001 | 18:20 | Patricio Corvalán C./emol.com
CALAMA.- En los tiempos en que se podía pensar algún viejo dijo que la vida era un milagro ante la muerte. Los cuatro mil y tantos calameños que estuvieron esta tarde en el Municipal viendo el infartante triunfo de Cobreloa por 2-1 ante Deportivo Cali, por el grupo 8 de Copa Libertadores, tal vez no conozcan al caballero, pero vivieron en carne propia su propio pequeño milagro que los mantiene con vida en el torneo continental.

En realidad, los naranjas no tenían por dónde seguir en carrera en el certamen con un planteamiento que dejó huérfano al mediocampo ante los toques cafeteros.

Ni Cornejo -sumido en posiciones ofensivas junto a Abdala- ni Meléndez -casi como George Clooney en "Una Tormenta Perfecta"- pudieron controlar la movilidad de López y Arce, quienes se cansaron de habilitar con ventaja a los veloces Quintana y Murillo, bien amparados en la prodigiosa derecha del obeso Valenciano.

Los embates loínos eran estandarte de Pozo y Pérez -ambos aprobaron el examen para ser seleccionados por Pedro García para enfrentar a México el próximo miércoles- quienes se unieron francamente al ataque, aunque descuidaron sus flancos por donde Cali, sobre todo en el segundo tiempo, entró con invitación.

Desde los treinta minutos del primer episodio, las marcas defensivas comenzaron a ceder en ambos lados. Tagliani, movedizo e inteligente, se las ingeniaba para superar a Dinas, el más bajo en la zaga verde, pero no alcanzaba para la apertura.

Cuando Cali había perdido el gol en los pies de Valenciano y Murillo, un desborde de Pozo por la derecha terminaría en un autopase y en un centro exacto para la aparición de Tagliani por el segundo palo que anotaría ante la cara de Dudamel. Fue a los 45'. Primer milagro.

Convengamos que a esas alturas el resultado era mezquino para la visita. Tanto que en el segundo tiempo los cafeteros se aplicaron aún más para pasar a llevar al lento equipo de Malbernat. En ese punto, el gran culpable fue el agotamiento de Baldivieso y el error táctico del técnico que a los 62' sacó de la cancha a Tagliani, el único agente movedizo en el frente del ataque.

Lo de Malbernat sonó a manotazo de desesperado. A los 51' Valenciano había igualado tras una pifia en el mediosector loíno, por lo que el estratega argentino apostó por refrescar el ataque.

Claro que ni Galaz (que entró por Vivar) ni Madrid (por Tagliani) asustaban a la defensa caleña. Es más, los verdes se adelantaron tanto que, en búsqueda del triunfo, desdibujaron el intento de Malbernat de atacar con Cornejo, Abdala y los laterales.

Pudo ganar Cali. Algunos puristas incluso podrían pensar que debió ganar Cali. De hecho, a dos minutos del final, Quintana estrelló una pelota en el vertical derecho que luego picó adentro (aunque sólo en la televisión se pudo apreciar eso) y se fue por el otro costado.

Los cuatro mil y tantos calameños sólo atinaban a pedir la hora cuando cayó el milagro. Abdala metió un centro desde tres cuartos de cancha y apareció Galaz en su única jugada para un aplauso para enviarla al fondo de arco con un cabezado.

Injusto, pero los milagros son para seguir viviendo y no para traer justicia.

COBRELOA: Mele; Pozo, Fuentes, Díaz y Pérez; Cornejo, Abdala, Meléndez y Baldivieso (81', Dinamarca); Tagliani (62', Madrid) y Vivar (46', Galaz). DT: Oscar Malbernat.

DEPORTIVO CALI: Dudamel; Bedoya, Hurtado, Barragán y Dinas; Arce y Hernández; López y Quintana; Murillo (81', Vásquez) y Valenciano. DT: Luis Suárez.
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