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Ríos logra la victoria más valiosa del año

Ante el ruso Marat Safin (7°), el chileno volvió a ser frío, cerebral y concentrado. Con gotas de magia y precisión, el zurdo dejó que su rival le ayudara con una larga lista de errores y rabietas.

17 de Octubre de 2001 | 17:51 | Patricio Corvalán C, emol
STUTTGART.- Puede que a la vista no haya sido el mejor partido de Marcelo Ríos en la temporada, sin embargo el valor del botín que se llevó el chileno del court central donde se disputa el Masters Series de Hamburgo es lejos lo más preciado que ha conseguido en el año: vencer en dos sets al ruso Marat Safin, el actual séptimo jugador del planeta.

La victoria por 7-6(4) y 6-3 se fundamentó en la solidez del zurdo desde el fondo de la cancha y en la capacidad para devolver el siempre peligroso servicio del moscovita. Cuando Ríos pudo mover desde el fondo a su rival (y sobre todo cuando le funcionó el primer servicio) el trámite del partido se inclinó paulatinamente a favor del sudamericano.

Ni siquiera el quiebre en el primer set -que le permitió al ruso colocarse 4-1- desmoralizaron al chileno. Y ahí estuvo la clave: como se está haciendo habitual en este año, Ríos está jugando mucho más con la cabeza, y esperando a que el rival caiga en el montón de magia que sale de su zurda.

Safin se fue empantanando merced a la acertada devolución del chileno de cada golpe. Sólo cuando el ruso logró apalear desde el fondo, el partido pareció equilibrarse, aunque la irregularidad y el mal genio del europeo terminaron por echarle la última mano a favor de Ríos.

Si el santiaguino mantiene la cabeza fría, la concentración y sólo sube un poco la fineza de su derecho (cada vez más cercano al laureado 1998), no debería extrañar que mañana -en el cuarto turno, a eso de la una de la tarde- se cobre revancha ante Pete Sampras. Los que hasta hace un par de años disputaron palmo a palmo el cetro al rey del tenis apenas se han medido en una ocasión, cuando en 1994 Sampras sudó más de lo pensado para doblegar al terco adolescente gorro al revés que se le plantó en Roland Garros.

Con cabeza fría, concentración y fineza, Ríos está al otro lado. Porque lo que le sobrará mañana ante el ex número uno (y para muchos, el mejor tenista de todos los tiempos) es motivación.

Y cuando Ríos está motivado no lo para nadie.
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