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Obra y vida de los representantes de futbolistas (I)

Estos "agentes de jugadores", como los califica el reglamento de la ANFP, se preocupan de todo lo que rodea a los futbolistas, desde producir un video para promocionarlos en algún equipo hasta el pago de sus cuentas como el arriendo y la cuenta telefónica. "La ANFP exige boletas, contratos y muchos requisitos para ser agente, pero no somos muchos los que los cumplimos", cuenta Eduardo Peña.

01 de Febrero de 2002 | 12:46 | Nicolás Olea, Emol
SANTIAGO.- "Cristián Montecinos y yo nos reunimos con los dirigentes árabes y los dos contactos, el uruguayo James Cantero y el marroquí Abdul Ferrari. Fue en el Hotel Hilton, en Viena. A todo lujo. Ahí se cerró el acuerdo".

Frases como éstas son las joyitas del agente de futbolistas Wilfredo Labarca, más conocido como Wildo, conocido cantante y productor musical (aunque ahora está retirado de los escenarios). Pero la vida de los representantes chilenos no es tan bonita como parece.

Deben conseguirse los videos de cuanto partido bueno juegan los jugadores de su corral, lo que parece sencillo si hablamos de Rodrigo Tello, Mirosevic o David Pizarro. Pero el Rangers de Ramón Tapia no se ve mucho en televisión y ahí parte Wildo buscando la grabación. Están todo el tiempo prendidos al celular y el e-mail; y, sobre todo, preocupados por sus jugadores. Que no les falle el arriendo, la visa, etc.

Por ejemplo, Wilson Cortés, quien representa a Pedro González y Pascual de Gregorio, por ejemplo, gasta entre 50 y 70 mil pesos mensuales grabando los partidos de sus asesorados. "Yo hago las ediciones, el compacto, un trabajo que la gente no sabe". La cuenta del teléfono celular se empina por los 120 mil pesos y la línea fija "en un momento peak como el que estamos viviendo, yo he llegado a pagar hasta 500 mil pesos".

"Se entiende por "Agente de jugadores" a toda persona natural que, con arreglo a lo dispuesto en el presente reglamento, desempeña una actividad remunerada que lleva a un jugador al establecimiento de una relación laboral con un club, o a dos clubes a acordar un contrato de transferencia de derechos federativos", reza el artículo tres del reglamento de la ANFP.

Pero sólo existen cinco personas inscritas bajo este registro. El número 00002 es Eduardo Peña, quien saltó finalmente a la fama con el traspaso de Clarence Acuña al fútbol inglés. Peña fue dirigente de las divisiones inferiores de O’Higgins (donde conoció al actual volante del Newcastle), por lo que se le hizo sencillo entablar relaciones con el mundo del fútbol.

Comenta el agente que "la ANFP exige boletas, contratos y muchos requisitos para ser agente, pero no somos muchos los que los cumplimos".

Wilson Cortés, que aún no regulariza su situación de agente, asegura: "Tenemos que mostrar una boleta de banco que acredite una cuenta con 15 millones de pesos y dejar un cheque en garantía por 50 millones más". En el caso de la acreditación con la FIFA, los montos se elevan a 175 mil dólares, casi 120 millones de pesos.

Los representantes además tienen que preocuparse de los pormenores de los deportistas: "En este momento voy a Santiago a ver lo del arriendo de una casa para Carlos Verdugo (reciente contratación de la UC) y ver el traslado de los muebles con su señora. Tengo que dejar el cheque en garantía y voy a ser su aval también", reseña Peña, manejando por la Panamericana Sur.

¿Cómo se vende un jugador?
El representante de Clarence Acuña, Eduardo Peña, recuerda que muchos jugadores lo llaman a él: "Yo no los busco. Carlos Verdugo me llamó para que le buscara un club y conversé con Wanderers, la U, Cobreloa y la UC. Ahí tengo el contacto de Óscar Meneses, quien le comentó a Juvenal (Olmos) y le avisó a los dirigentes. Así se llega a un acuerdo".

Algo similar le aconteció a Wilson Cortés: "Cuando Pedro González se fue a la Copa América (Bolivia 1997), la gente de Católica lo pidió. Sin embargo, la gente de la U se me acercó y me dijeron que estaban buscando un delantero. ¿Y sabe quién lo eligió? Ronald Fuentes. Roberto Hernández le preguntó cuál le costaba más marcar y Ronald eligió a Pedro, porque cubría muy bien la pelota, mejor que Brizuela y el "Tunga" González, que eran los otros candidatos".

Muchas veces los técnicos se apoyan en colegas para saber si los jugadores extranjeros son buenos jugadores y, a la vez, buenos elementos. Por ejemplo, el caso de la recomendación del argentino Darío Cabrol a Víctor Castañeda, de la U, que habría venido de su ex compañero de equipo y también tucumano, Raúl Aredes. Según Cortés: "Creo que es el mejor referente ya que saben que si no funciona el jugador, se queman ellos y no volverán a confiar".

Muchos agentes de futbolistas son los padres de jugadores (Lázaro Rozental, Héctor Tapia), pero otros adquieren un papel similar con el tiempo. Wildo llevó a Marcelo Corrales a Emiratos Árabes Unidos, pero el goleador no sabía nada de inglés. "Fue fácil ver el tema de la residencia, porque el club entregó todo. Pero el pasaporte, la visa... Imagínate que hasta nos hicieron exámenes de sangre y un chequeo médico para entrar al país. Y Marcelo no sabía inglés. Luego le tuvimos que hacer un mini curso de manejo financiero, qué hacer con el sueldo, cómo hace un cheque, etc.".

Peña también comenta el tema de los sueldos. Como los jugadores llegan a países desconocidos, no saben cuánto deben cobrar ni cómo arreglar cosas como la prima o los premios. "Yo me contacté con Nolberto Solano (volante peruano del Newcastle) y le pedí que me contara cuánto ganaba y cómo funcionaba ese tema".

Muchas veces el trabajo perdido es fruto para el futuro. Wilson Cortés conoció a Pedro González de una "forma muy especial. Tuve la suerte de encontrarlo siempre cuando venía a Santiago y por encargo de Arturo Salah y Jorge Socías. Él (González) siempre ha sido de una línea y me dijo ‘no tengo ningún papel, ningún contrato que me ligue a mi agente (había terminado con Washington Castro)".

"Yo llegué a él por un encargo de Wildo, que me dijo que buscaba a un delantero para llevarlo a México. Hablamos con una tercera persona para llevarlo y no se dio. Al otro día hablé con Harold Mayne-Nichols para llevarlo a la UC, pero justo apareció la gente de la U y se cerró el acuerdo en un día (US$800 mil por el delantero de, entonces, 28 años)".

Todos concuerdan en que la confianza es vital para ser un buen agente. Wildo asegura que para ese fin le sirvió la música, "porque ayuda a sentir más lo humano de una persona. El eje central de la negociación es la persona. No he tenido problemas de plata y soy amigo personal de Cristián Montecinos, a pesar de que es muy duro y difícil".

Según el tiempo, la decisión del club destino varía. "Felizmente" a Wilson Cortés no le han pasado la cuenta los jugadores, porque, dice él, "siempre busco lo mejor para ellos. Yo voy viendo la proyección y la estabilidad económica. Cuál es la idea mía para Darwin Pérez. En lo posible si puede ir a una institución que esté en la Copa Libertadores o venirse a la capital donde tiene más televisión y prensa. A lo mejor va a perder un poquito de plata, pero va a ganar en el aspecto de la proyección. Gracias a Dios, desde que trabajo en el fútbol ningún jugador me ha reclamado. Ellos saben con quien trabajan".

Los asesores, parte II
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