MONTEVIDEO.- No pudo. Tampoco hizo un amague como para buscarlo. Santiago Wanderers quedó al borde de la eliminación (lo estará si Boca Juniors vence esta noche a Emelec) de Copa Libertadores de América luego de caer 3-1 ante su tocayo de Montevideo.
Ninguna objeción se le puede hacer al resultado que consiguió el cuadro del ex internacional charrúa Santiago Ostoloza. Si bien los locales no generaron tanto peligro ni tampoco urdieron un juego vistoso, les alcanzó para aprovechar las licencias porteñas y marcar por intermedio de Eguren (29') y Blanco (74') y con un autogol de Fernández (54').
El triunfo de Montevideo se le puede achacar más a lo mal que jugó Santiago que a virtudes de los uruguayos. Porque los wanderinos de Chile exhibieron todo lo que no habían hecho ante Boca Juniors en Valparaíso.
Robles y Valencia se vieron frágiles, especialemnte por arriba, donde perdieron casi todas las pelotas en las cabezas de De Souza, Eguren y Herrera; los volantes de contención hicieron de todo, menos contener; Núñez nunca apareció para juntarse con el laborioso pero poco efectivo Riveros; y arriba, Soto perdió toda la tarde y Fernández nunca se pudo sacudir de la pegajosa marca de los zagueros y terminó siendo reemplazado por Pezzarossi.
Ninguna respuesta en la cancha, ni siquiera en la banca por parte de Dabrowski, tuvieron los chilenos. Sólo el amor propio de Robles, que en un tiro de esquina buscó el cabezazo para descontar en el marcador, es digno de destacar. El resto queda para el olvido y, lo más probable, para una próxima oportunidad.
El triunfo de Boca ante Emelec casi se da por descontado y, por ende, la eliminación del primer equipo chileno. Por lo menos les quedará el sabor de haber derrotado en el Sausalito a los actuales campeones de la Libertadores. Poco, muy poco.
