PARIS.- Albert Costa señaló con la Copa de Mosqueteros a su lado, que como jugador el cambio más importante que ha experimentado se debe a que por fin ha creído en sí mismo, y eso le ha llevado a la victoria.
"Creo que hoy hice el mejor partido de mi vida. Estuve jugando tan fuerte, luchando por cada punto, estuve sorprendido porque se supone que en una final tenía que estar nervioso y no lo estuve tanto", dijo Costa
"Lo más difícil es creer en uno mismo. Creer que uno puede ganar. Y ahora creo en mí a ciegas", añadió Costa, que explicó que se sentía muy orgulloso y muy feliz, pero todavía "en una nube".
El jugador español explicó su transformación y comentó: "es difícil. Tienes que tratar de creer, es lo que he intentado después del pasado año en Roma, cuando estaba abajo. No podía seguir así, no podía jugar. Pensé que sólo tenía que jugar y disfrutar y eso es lo que he estado haciendo estos últimos días".
También añadió que sus hijas le han hecho madurar más deprisa. "Por supuesto, ahora tengo otras cosas en las que pensar. A veces cuando pierdo, vuelvo a casa y no es un drama, estoy con ellas y es más natural", y por ello "me fui a besarlas y a alzarlas para que las viera todo el mundo", manifestó.
Costa afirmó que también se inspiró en las victorias de otros españoles. "Estuve viendo a Berasategui y Bruguera, y a Carlos y Alex, y pensé por qué yo no puedo hacerlo también. He aprendido mucho al pensar que si ellos estaban en la final, por qué no podía estar yo", dijo.
"Ahora siento que este es el momento más feliz de mi vida de tenista", comentó, "y ahora es mi momento porque he ganado Roland Garros, pero no puedo decir que soy el mejor jugador español porque no es verdad"
"Hoy todo lo que probaba me salía. Me sentía muy bien en la pista. Intuía muy bien la jugada y Juan Carlos no ha hecho su mejor partido, pero...", dijo Costa, que recordó que el partido más duro fue contra el francés Richard Gasquet en primera ronda.
"Quizá el partido más duro físicamente fue contra Cañas, porque me vi casi en la calle", añadió. EFE
