ESTRASBURGO.- A los dos años escasos de su llegada a Francia, el guardameta internacional paraguayo José Chilavert protagonizó un nuevo escándalo en su ya dilatada vida de polémicas, al negarse a jugar este fin de semana con su equipo, el Estrasburgo, lo que provocó su despido inmediato.
"Por este club no juego más", había anunciado ya días antes el veterano portero de 37 años al manager del club francés, Marc Keller.
La negativa a jugar fue la gota que colmó el vaso. Chilavert, con un peso habitual de 95 kilos, volvió del Mundial de Corea-Japón con 106. "Habíamos esperado la vuelta de un Chilavert y en su lugar llegó el hombrecito de neumáticos de Michelin", dijo el presidente del club, Patrick Proisy.
El Estrasburgo envió primeramente a su arquero a una cura de adelgazamiento y comenzó la temporada con Vicente Fernández en la portería. Para Chilavert no fue problema: "Es completamente normal que un club tenga dos porteros de categoría. La competencia fomenta además el rendimiento", era hasta hace dos semanas el punto de vista del paraguayo. Asimismo, alegó tener problemas de espalda para justificar su bajo estado de forma. Sus compañeros de equipo lo consideraron mas bien una excusa "diplomática".
Hace una semana se lesionó el arquero Fernández, pero Chilavert se negó a reemplazarlo en el partido que el Estrasburgo disputó frente al Lille el sábado en casa, que terminó con empate a dos.
"El club me debe 2,4 millones de euros (aproximadamente igual en dólares) que me prometió en la firma del contrato en noviembre de 2000. Quiero mi dinero o no juego. Yo he dado todo por el equipo. Ganamos la Copa y conseguimos el ascenso a primera", justificó el guardameta.
Chilavert, tras su despido, pasó al ataque. "Me ofrecieron 500.000 euros como indemnización, lo que para mí es como un reconocimiento de culpa. Además se plantea la cuestión de a quién y a dónde se transfirió la suma de mi traspaso del Vélez Sarsfield. A ese particular poseo documentos que sin duda interesarán a la Justicia".
El presidente del club francés Proisy aseguró que se habían respetado todos los contratos firmados por el Estrasburgo con Chilavert y con su antiguo club, el Vélez Sarsfield.
El despido del Estrasburgo es un nuevo episodio en la controvertida carrera del paraguayo. Durante su etapa en Argentina, los aficionados se repartían entre los que le odiaban y los que le idolatraban.
Provocador por antonomasia, Chilavert se hizo famoso sobre todo por su extraordinaria habilidad para marcar goles de tiro franco y por su incontenible fuerza verbal.
Tildado de fanfarrón por muchos, lo cierto es que prometió marcar un gol a Argentina en Buenos Aires y lo hizo. Eso sí, anunció que haría lo mismo en el Mundial y en aquella ocasión no sólo no cumplió su palabra, sino que encajó más de un tanto por errores propios.
Su segunda etapa en Europa acaba de la misma forma que lo hizo la primera. Entre 1989 y 1991 defendió la portería del Real Zaragoza español, pero terminó dejando el club por la puerta trasera, después de negarse a aceptar su suplencia.
En la selección paraguaya, Chilavert siempre ha sido el líder indiscutible. Su carisma no sólo le otorga ascendiente sobre sus compañeros de equipo, sino probablemente sobre todos sus compatriotas, frente a los que se presenta como un hombre sin miedo a decir la verdad.
Son famosas sus diatribas contra la clase política paraguaya, si bien nunca ocultó sus aspiraciones dirigentes cuando termine su carrera futbolística. Quizá el momento de dar el salto de un mundo a otro no esté demasiado lejos.