NUEVA YORK.- El chileno Fernando González y el holandés Sjeng Schalken se medirán este jueves en un partido de cuartos de final del US Open que pocos esperaban. Serán dos estilos completamente diferentes. El primero basa su juego en la potencia y el servicio, precisamente el punto débil del segundo.
"Este chico es de los más potentes del circuito. En potencia pura es el número uno", dijo sorprendido el francés Arnaud Clement tras perder en octavos de final ante González.
Y es que González causa terror con su servicio. "Sacar tan bien me da mucha confianza y mucha tranquilidad. Al saber que puedo obtener un par de puntos gratis en los juegos, eso me permite alejar la presión e intentar cosas", afirma el chileno, vigesimoctavo cabeza de serie en el US Open.
Cuando ganó a Pete Sampras en la tercera ronda en Miami, en marzo, y se le pidió que se definiera, dijo de sí mismo que era "un loco que la pega fuerte (a la pelota". Seis meses después no ha cambiado de actitud.
"Seguramente ahora la pego más fuerte. Me gusta desde chico esta forma de jugar. No me gusta especular y yo hago lo que me gusta", dijo el martes tras batir a Clement.
Por su parte, el holandés, vigesimocuarto cabeza de serie, tendrá que buscar otras armas para vencer al chileno. "A algunos tenistas les gusta la potencia, pero yo no tengo ese tipo de juego. Mi servicio no es muy bueno, pero tengo otras cosas como un buen revés y un estilo ofensivo".
Ante la potencia de González, Schalken, un especialista en canchas de hierba y de 25 años, tiene su estrategia. "Es una estrella ascendente. Tiene un buen golpe de derecha y cuando tiene una posibilidad ataca. Va a ser un partido muy físico".
"Pero voy a jugarle como él no quiere. Me gusta mucho pensar en la cancha la forma de ganar. Por mi lado el partido va a ser más táctico que físico", anuncia el holandés, que eliminó en octavos de final al brasileño Gustavo Kuerten.
El chileno, de 22 años, que había eliminado el lunes al español Juan Carlos Ferrero, séptimo favorito, que destacó en enero en el Abierto de Australia, donde llegó a octavos de final, nunca ha jugado con Schalken.
"Nunca me he enfrentado a él. Sé que es un jugador completo, pero que también deja jugar", indicó.
En lo que sí se parecen es en la tranquilidad que ambos muestran dentro y fuera de la cancha. "Falta mucho para pensar en una final o un título. Prefiero ir tranquilo, paso paso", afirma siempre tras sus partidos el chileno.
Por su parte, Schalken es como el hielo en sus emociones. "Era mi punto débil hace unos años. Por ello no bajaba del puesto 50. Esta falta de emociones me hacía perder partidos y trabajé duro en ello con mi técnico, Alex Reynders. Ahora trato de ser más expresivo porque me da fuerza".
