ROMA/LONDRES.- El equipo Arrows apelará la decisión de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) de excluirlo de la temporada 2003 de la Fórmula 1.
"Apelaremos la decisión, pediremos la intervención de la comisión de Fórmula 1", dijo Daniele Audetto, director comercial de los dueños de la escudería en declaraciones que publica hoy "La Gazzetta dello Sport".
Un portavoz de Arrows, que no corrió los últimos seis Grandes Premios de la temporada, aseguró a la BBC que emitirán un comunicado de protesta en la tarde de hoy.
Arrows vio ayer como se acercaba el final de 14 años en la Fórmula 1 al decidir la FIA no entregar licencia a la escudería británica. Audetto aseguró que el inversor alemán Oliver Behring estaba dispuesto a comprar la escudería apenas se le incluyera oficialmente en la lista para 2003.
La decisión de la FIA fue una sorpresa para la empresa "German Grand Prix Racing GmbH", que anunció hace pocas semanas que asumiría el control de Arrows y daba por segura la autorización para disputar el campeonato mundial.
En los últimos meses el jefe de Arrows, Tom Walkinshaw, buscó desesperadamente un inversor que le permitiese aliviar sus deudas, que se calculan en unos 100 millones de euros (aproximadamente igual en dólares). "German Prix Racing" se presentó como salvador con el apoyo de un inversor árabe que por el momento sigue en el anonimato.
Arrows asegura que envió a tiempo la solicitud de licencia, por lo que todo indica que la FIA no quedó contenta con las seguridades dadas por el equipo inglés. La escudería de Walkinshaw no tiene ni patrocinadores ni suministrador de motores.
La denegación de la licencia llevará muy probablemente a la muerte de Arrows. Sin el derecho a competir el valor del equipo desciende enormemente, puesto que si ahora desea reintegrarse como un nuevo equipo deberá depositar los 48 millones de dólares que exige la FIA para entrar en la Fórmula 1.
La caída de Arrows de la parrilla de la Fórmula 1 es la segunda en menos de un año. Antes de comenzar la temporada 2002, se decretó la bancarrota y la disolución del equipo del cuatro veces campeón mundial Alain Prost, la antigua Ligier.
