SANTIAGO.- El momento que vive la carrera de Marcelo Ríos -a un paso del retiro y participando de un torneo de dudosa reputación- sólo puede tener significado en caso de alcanzar la presea dorada en los Panamericanos de Santo Domingo.
En este contexto, la actuación de la tercera raqueta nacional y 43° clasificado del ránking ATP ante el junior salvadoreño Jaime Cuéllar (56° en el ránking ITF) sólo suma como aperitivo a la consecución del objetivo descrito.
Ante estos rivales, Marcelo Ríos no necesita demostrar nada. Su sola presencia anuló al tímido centroamericano, que basó en un saque irregular toda su estrategia. Si caminaba el servicio, bueno. Si no, bueno también.
Y fue somando errores no forzados, dobles faltas y uno que otro ace. Del otro lado, el "Chino" hacía rotar la pelota, con una develada intención de extender por algunos minutos este entrenamiento, válido por octavos de final del torneo con sede en Santo Domingo.
Cada vez que el zurdo de Vitacura forzaba a Cuéllar, ganaba. De hecho, el juvenil por momentos, tenía suficiente pelea con su propio servicio como para reparar en las devoluciones del nacional. Así se fue el primer set, 6-0 para Ríos.
La segunda manga sirvió para apreciar el correcto manejo de Ríos en ambos perfiles, buscando quizás arriesgar para ver qué tan depurados están aquellos golpes que lo irguieron como número uno del mundo. Sin embargo, la combinación de virtudes y errores recomienda ahorrarse las esperanzas.
Cuando el "Chino" se autopresionó, devolviendo corto y gatillando que Cuéllar se viniera a la malla, careció de su -antes- común clase para definir. Pero el quiebre a favor en el primer juego del segundo set, le permitió tomar licencias y trotar rumbo al triunfo. 6-3 con dos quiebres.
Mañana, el chileno enfrentará al primer tenista mexicano, Miguel Gallardo (255°), que derrotó al venezolano Képler Orellana.
